¿Por qué el Diplomado de Investigadores Descalzos?

El movimiento social en Oaxaca cuya expresión más visible se dio en el año de 2006 conllevó una masiva organización social que nadie pudo prever. Desde diversas teorías se ha intentado interpretar este movimiento de movimientos. Consideramos necesario contribuir a entender esta diversidad de reflexiones y, sobre todo, a investigar más a fondo sobre la propuesta de asamblea que ha servido como punto de encuentro a las diversas expresiones sociales y políticas que se han reunido en el seno este movimiento.

El movimiento de los pueblos de Oaxaca encontró en el método de asamblea -para muchos en el nombre de la APPO- su forma natural de organizarse para luchar y vencer, esto ha sido consecuencia natural de la experiencia asambleísta que prevalece en la mayor parte de los sectores de nuestra sociedad, como las colonias y los sindicatos obreros pero, sobre todo, en donde la experiencia es más radical y profunda: en las comunidades de los pueblos indios.

Creemos que debemos limpiar nuestras miradas para examinar con rigor lo que somos y para conocer las características más significativas de nuestros movimientos y de los caminos que creemos necesarios recorrer para crear otra sociedad. Necesitamos dar forma a los nuevos planteamientos teóricos y políticos que coinciden con los desafíos actuales. Y para esto nos proponemos:

Propósitos
· Realizar una reflexión sistemática sobre la situación económica, social y política de Oaxaca, con perspectiva nacional y mundial, con énfasis en los movimientos sociales autónomos; es decir los que luchan desde la base para transformar la sociedad sin la toma del poder del estado. O que van más allá del poder de arriba.
· Discutir, analizar conjuntamente diversas propuestas de transformación.
· Explorar la naturaleza y características de los modos comunales y conviviales de vida (campo-ciudad) en el contexto oaxaqueño.
· Animar a la construcción de consensos para acciones conjuntas. Unidad en la diversidad.
· Contribuir al debate público de los temas asociados con la transformación profunda de Oaxaca.

Medios
1. Organizar un esfuerzo de investigación sistemática, basado en el acopio de información y la documentación en la base social, principalmente en pueblos, colonias, barrios y comunidades del estado de Oaxaca, realizándolo en el marco de las interacciones con las organizaciones sociales y espacios y sectores de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, (APPO) y del movimiento social en general que se visibilizo a mediados del 2006.
2. Organizar durante dos semestres, sesiones quincenales de reflexión, de 5 horas cada una, con la participación de activistas sociales, académicos comprometidos, dirigentes sociales y autoridades tradicionales, entre otros. Dichas sesiones tendrán forma de diplomado, a realizarse a partir del domingo 10 de agosto, a las 11 am.
3. Hacer públicos los diversos planteamientos a través de todos los medios posibles, auditivos, visuales e impresos.

Resultados esperados
· Caracterización y documentación, desde la base social, de los movimientos sociales en Oaxaca.
· Identificación de sus principales tendencias y propuestas.
· Acopio y publicación de iniciativas de transformación.
· Participación en el debate público para la construcción autónoma.
· Diseminación y publicación por medio de audios, videos e impresos de las iniciativas desde la base y las problemáticas existentes para su aplicación concreta.
· Contribuir a la construcción de iniciativas autónomas desde la base social.

PROGRAMA DEL DIPLOMADO DE INVESTIGADORES DESCALZOS

Tendremos sesiones de discusión y reflexión cada 15 días durante un año con distintas autoridades indígenas, activistas sociales e intelectuales comprometidos.

Dichas sesiones se complementaran con talleres teórico-prácticos. Los cuales se agendarán conjuntamente con los participantes.

TEMAS PRINCIPALES

· Introducción al contexto Oaxaqueño- (10 de agosto)
- Ponencia, “Autonomía y comunalidad en Oaxaca” impartida por Benjamín Maldonado, antropólogo y estudioso del magonismo en México.

· Presentación de participantes en el diplomado y acuerdos de logística y organización (23 o 24 de agosto)

· El método de reflexión en la acción. Cuestiones teóricas y prácticas. - Gustavo Esteva (6-7 septiembre)

· Experiencias Oaxaqueñas
- La COCEI-1974-1987, ODRENASIJ en la Sierra Norte, ASAM en la Mixe, La sección 22 del magisterio, El municipio Autónomo de San Juan Copala, entre otros.

· El contexto oaxaqueño.

· Naturaleza y características de la APPO y los movimientos sociales.

· El contexto nacional. Naturaleza de la crisis política y las opciones de resolución.
- El zapatismo
- Experiencias de luchas por la autonomía en México: Los caracoles zapatistas, La policía comunitaria de Guerrero, La cooperativa de Euzkadi, El Congreso Nacional Indígena, El ejercito de Mujeres Mazahuas.
- La otra campaña
- El movimiento lopezobradorista
- Otros.

· El contexto mundial.
-La crisis del imperio y del modelo neoliberal.
- La desglobalización y los movimientos antisistémicos.
- La guerra mundial del capital.
- Perspectivas.

· Experiencias latinoamericanas
- Experiencias de autonomía y poder popular en América Latina: MST de Brasil, Piqueteros de Argentina, CONAIE en Ecuador, Bolivia y las luchas desde las bases, La experiencia de autonomía de la costa atlántica de Nicaragua.

· Las luchas democráticas actuales: formal, participativa, radical.

· Las opciones políticas:
- Reformas del régimen político actual
- Ajustes en las políticas actuales
- Nuevo modelo de política económica y social
- Reformas legales e institucionales
- Nuevo régimen político
- Variantes social-demócratas del capitalismo
- Variantes socialistas
- Variantes más allá del capitalismo y el socialismo

· La perspectiva indígena y el pluralismo radical.

· Naturaleza y características de la fuerza constituyente y su asamblea.

· El significado actual de la autonomía y la construcción horizontal de la sociedad.

· La crítica de las ideologías e instituciones como práctica radical de transformación.


SESIONES FECHAS POR DEFINIR

· Experiencias históricas en México
- Revoluciones interrumpidas en México: La independencia y la revolución mexicana.
- El movimiento del 68

· Otras Experiencias históricas
- Experiencias históricas de revoluciones sociales en Europa: La guerra civil española y la comuna de parís.
- Guerrillas latinoamericanas


TALLERES

*.- Periodismo comunitario.

*.- Edición de video.

*.- Sistematización de bancos de información

*.- Geopolítica

*.- Formación de consensos

*.- Diseño Grafico por computadora, ( Revistas, periodicos, fanzine, etc)

*.- Producción radiofónica

*.- Serigrafía

*.- Encuadernación

TALLER PERMANENTE. Durante todo el año estaremos explorando la investigación descalza con las herramientas metodológicas teórico-practicas de la reflexión en la acción.

Nota importante: En estos momentos nos encontramos confirmando a los ponentes y ajustando las fechas a sus posibilidades de estar presentes. Algunas participaciones serán a través de videoconferencias o de documentales. La mayoría de ponentes participarán físicamente o iremos a sus comunidades. Entre los invitados y posibles asistentes tenemos contemplados distintos investigadores, activistas, intelectuales y/o autoridades comunitarias de Oaxaca, México, América Latina y Europa.

16/12/08

La autonomía: una forma concreta de ejercicio del derecho a la libre determinación y sus alcances - SERVICIOS DEL PUEBLO MIXE, A.C.

Dentro de la Carta Internacional de Derechos Humanos promulgada por la Organización de las Naciones Unidas, los Pactos sobre Derechos Civiles y Políticos y sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales dedican ambos su primer artículo íntegramente al tema de la libre determinación, y establecen que éste es un derecho humano que poseen todos los pueblos. El hecho de estar ubicado en el primer lugar del texto y otorgársele un espacio prominente, denota el carácter excepcional de este derecho que, al serle reconocido a todos los pueblos, nosotros como pueblos indígenas también podemos reivindicar.

Diversos tratadistas de derecho internacional[1] han enumerado varios elementos que constituirían y definirían el derecho a la autodeterminación, que desde nuestro punto de vista, debe calificarse como "libre determinación", ya que el término "autodeterminación" no es más que una traducción literal de la palabra inglesa self-determination. Estas características serían básicamente:

  • La autoafirmación, que implica el derecho que tiene un pueblo a proclamar su existencia y a ser reconocido como tal.

  • La autodefinición, que consiste en la facultad de determinar quiénes son los miembros que integran ese pueblo.

  • La autodelimitación, que conlleva el derecho a definir los propios límites territoriales.

  • La autoorganización, que es el poder reconocido a un pueblo de procurarse a sí mismo su propio estatuto, dentro de un marco estatal.

  • La autogestión, que expresa la facultad de un pueblo para gestionar sus propios asuntos, es decir, para gobernarse y administrarse libremente en el marco de su estatuto.

Una de las formas concretas de ejercer el derecho a la libre determinación es la autonomía. Ésta permite la expresión de la libre determinación interna de los pueblos y, por el contrario, no implica el ejercicio del derecho a la libre determinación externa, es decir, la facultad de establecer relaciones directas con otros estados de manera independiente. "Autonomía", por consiguiente, no debe confundirse con "soberanía", pues esta última, tal como la define el derecho, es una facultad que únicamente poseen los estados, la cual implica "la potestad suprema... de decidir en última instancia de todo lo que corresponde al bien público, con el monopolio de la coacción física".[2]2 Por todo ello, podemos considerar a la autonomía como el campo de intersección entre el derecho a la libre determinación interna de los pueblos y el derecho constitucional de los estados.

La autonomía es la forma de ejercicio colectivo de la libre determinación que los pueblos indígenas de México estamos reivindicando desde hace años. No deseamos, por tanto, una separación respecto del estado mexicano, sino que únicamente estamos demandando mayores espacios de libertad para poseer, controlar y gestionar nuestros territorios, para normar nuestra vida política, económica, social y cultural, así como para intervenir en las decisiones nacionales que nos afectan. Tal como se dijo en el V Foro Estatal sobre la Realidad Indígena, Campesina y Negra, celebrado en mayo de 1995 en Oaxaca, entendemos que autonomía es la capacidad de decidir no sólo sobre nuestro destino, sino también sobre las cuestiones y acciones más inmediatas y diarias en las comunidades, con una identidad y conciencia propias, y con la suficiente capacidad de apertura para comunicarse con los demás ciudadanos del país y del mundo.[3]

La libre determinación -y la autonomía, si es ésta la modalidad que libremente se escoge- la podemos caracterizar también como un derecho indígena fundamental, pues para que los indígenas podamos disfrutar plenamente de nuestros derechos individuales es preciso que previamente se nos reconozca el derecho que tenemos colectivamente a ser diferentes de otros pueblos. Ningún hombre puede desarrollarse plenamente fuera de un contexto social, que de preferencia debe ser el de su propio pueblo y cultura. La libertad no se ejerce en abstracto sino en el marco de una sociedad concreta, y esto es especialmente claro en el caso de los indígenas, quienes siempre definimos nuestra identidad en primer lugar como parte de un ente colectivo (la familia, la comunidad y el pueblo).

Es preciso distinguir también entre "autonomía" y "descentralización administrativa": las facultades de un ente autónomo derivan directamente de la ley, y no de un órgano administrativo. Según E. L. Llorens, "la autonomía no admite más rectificativo que el legislativo y el judicial", mientras que "la descentralización admite además el administrativo".[4] Pero, en cualquier caso, el reconocimiento de regímenes autonómicos implica siempre una descentralización política y administrativa del estado, descentralización que será más o menos amplia según los casos, y que en su máxima expresión incluiría la facultad legislativa del ente autónomo.

Siguiendo este razonamiento, no es posible hablar de un modelo autonómico y de un nivel de descentralización jurídico-política que sea aplicable a todos los casos y a todos los estados. Siendo la autonomía una concreción del derecho a la libre determinación, esa libertad debe manifestarse como la facultad para escoger cuál debe ser el alcance de la autonomía y cuáles son las competencias concretas que asumirá el ente autónomo. Esto debe hacerse consensándolo con el estado, pues el régimen de autonomía implica una negociación entre las dos partes. Todo ello sin perder de vista que, puesto que las condiciones sociopolíticas y la relación de fuerzas entre el estado y las entidades autónomas son cambiantes, no puede pensarse en la existencia de ningún acuerdo o modelo autonómico definitivo.

De hecho, y en el caso de los mixes, la autonomía no es algo nuevo que vayamos a construir desde cero. Aunque no exista una palabra específica en mixe que se pueda traducir como autonomía, entre nosotros se viene practicando en muchos sentidos lo que podríamos denominar autonomía comunitaria, que en nuestro idioma designamos como la capacidad que tenemos de "darnos nuestras normas" y de "ejercer nuestra autoridad" ("kâ’âm aana’amân", "kâ’âm kotujkân"). El planteamiento que formulamos en este momento es que, lo que ya se da de hecho sea reconocido de derecho, y que sea también ampliado paulatinamente. Si únicamente nos conformamos con disfrutar la autonomía de hecho, corremos el peligro de que el estado en cualquier momento quiera recortárnosla. Sin embargo, si llega a instituirse en el ordenamiento constitucional nuestro derecho a la autonomía, estaríamos hablando entonces de un régimen político-jurídico acordado, y no concedido.[5]

Además de lo que hemos señalado más arriba, en nuestro caso concreto la demanda de autonomía que planteamos se fundamenta en varios hechos:

  • En nuestra diferencia cultural respecto de otros sectores sociales que integran el estado mexicano, así como en la voluntad política -que cada vez los indígenas tenemos más clara- de que el reconocimiento de nuestra diferencia tenga una concreción no sólo a nivel cultural sino también político.

  • En que, aunque se quiera ignorar este hecho denominándonos "grupos", "etnias" o "poblaciones", los indígenas somos efectivamente pueblos y, por tanto, precisamos del reconocimiento de nuestros derechos colectivos para que sea posible el pleno disfrute de nuestros derechos individuales.

  • Otro factor que fundamenta nuestra demanda de autonomía es el haber sido ignorados y marginados históricamente. Mientras las leyes han establecido la supuesta igualdad entre todos los mexicanos, en la práctica real las instituciones del estado no nos han servido, y nuestros pueblos se han visto sometidos a una total situación de desigualdad desde el tiempo de la colonia. Por ello, es preciso que se instituya en estos momentos una asimetría positiva entre los pueblos indígenas y los demás sectores sociales del estado mexicano, que haga posible que paulatinamente nos vayamos equiparando al resto de la nación en el disfrute de las prerrogativas de que gozan nuestros compatriotas no indios. Contrariamente a lo que han dicho algunas personas, esto no implica crear desigualdades entre los mexicanos, sino tratar de paliar las ya existentes.

  • Cabe señalar también que, desde el tiempo de la colonia, la división territorial que se ha implementado en México ha ignorado ostensiblemente la realidad y la configuración territorial de nuestros pueblos, por lo que creemos justo que se empiece a pensar en la implementación de un nuevo mapa territorial más acorde a nuestras realidades.

Aparte de estas consideraciones de tipo interno, cabe señalar que el reclamo de autonomía que planteamos los indígenas se enmarca en un contexto global que se da en nuestro país de demanda generalizada de una mayor democracia y participación política. En esta coyuntura, las fórmulas que deben buscarse para democratizar el estado mexicano y para descentralizar la toma de decisiones en todos los sentidos van a depender del sector social concreto al que nos estemos refiriendo: las demandas de una mayor participacion política que hacen los colectivos de jóvenes, de mujeres... deben encontrar respuestas a partir de otras fórmulas. Las autonomías no son una "receta" aplicable a todos. Pero en el caso de los indígenas, sostenemos que, sin ser la panacea que va a resolver de golpe todos los problemas de marginación y explotación que viven nuestros pueblos, el reconocimiento de los distintos niveles de autonomía constituirá un primer paso para posibilitar el fortalecimiento de nuestra cultura y nuestras instituciones sociales, políticas, económicas y jurídicas, que nos permitirá delinear nuestro futuro y que al mismo tiempo comprometerá al estado a respetar nuestros derechos colectivos e individuales.

Así pues, la demanda de autonomía que hacemos los indígenas de ninguna manera debe concebirse como algo aislado del resto de la nación. Pensamos que dichas autonomías deben entenderse como uno de los mecanismos que permitirán llevar a cabo la profunda reforma del estado que es a todas luces necesaria, e implantar ese nuevo federalismo del que tanto se habla en nuestro país, el cual debe caracterizarse por una relación totalmente diferente del estado con nuestros pueblos. Si solicitamos mayor participación en las instancias nacionales es también porque queremos que algunas instituciones mejoren y estamos convencidos de que los indígenas, desde nuestra especificidad, podemos hacer aportaciones al resto de la sociedad nacional.

Por consiguiente, concebimos el reconocimiento de nuestra autonomía como algo que no sólo beneficiará y fortalecerá a los indígenas sino que consolidará la unidad de toda la nación, al abrir caminos hacia la verdadera integración de todos los pueblos que conformamos México y al permitirnos verter abiertamente en el país los aportes de nuestras diferentes culturas, en una relación de igual a igual.

No obstante, y para que las autonomías no sean sólo letra muerta, es totalmente necesario que ese reconocimiento político y legal vaya acompañado de una profunda descentralización fiscal del estado que dote de suficientes recursos a los distintos entes autónomos.

La demanda de autonomía la vienen formulando desde hace años un número creciente de organizaciones indígenas de América Latina. En el caso de México, en los últimos años -y en especial desde el levantamiento zapatista de enero de 1994 hasta la fecha- se está dando un avance importante en la discusión en cuanto a los derechos indígenas, y concretamente en relación al tema que nos ocupa.

Pero no únicamente somos los indígenas quienes estamos debatiendo esta cuestión en nuestros foros, sino que también se han adentrado en la discusión académicos no indígenas y representantes de las instituciones estatales.

Después de la Convención Nacional Indígena, surgida por impulso del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, uno de los foros más importantes en los que se está debatiendo sobre la autonomía es la Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía (ANIPA). En ella han estado participando delegados indígenas de todos los estados de la república junto con académicos, y básicamente lo que proponen es la instauración de un régimen de autonomías regionales para las áreas indígenas. Han señalado también que este régimen de autonomía debe ser incluyente, y basarse en los siguientes principios:

  • la unidad nacional en la diversidad;

  • la igualdad de todos los mexicanos en la pluralidad;

  • la fraternidad entre sus miembros, y la igualdad entre sí de todos los grupos de identidad, indios y no indios.

Recientemente, los representantes de la ANIPA han presentado ante el Congreso federal una Iniciativa de decreto para la creación de las regiones autónomas, donde se recogen estos y otros planteamientos.

Por su parte, el estado mexicano, a través de la Comisión Nacional de Desarrollo Integral y Justicia Social para los Pueblos Indígenas, en los últimos meses está trabajando también en un Anteproyecto de reforma a los artículos 4° y 115 constitucionales, el cual en su borrador actual propone varias medidas tendientes a fortalecer la figura de la comunidad indígena. Este texto, por consiguiente, pone de manifiesto una voluntad de reconocer y aumentar la autonomía de nuestras comunidades, pero en ningún momento contempla otros niveles de autonomía más amplios, sino que se circunscribe solamente al ámbito comunitario.

Por último, faltaría abordar otro aspecto que también está implicado dentro de nuestras demandas de autonomía y mayor democracia. Puesto que lo que pretendemos no es separarnos del estado mexicano sino integrarnos en él en pie de igualdad con otros sectores sociales, es importante ver qué otros mecanismos deberían implantarse para garantizar la participación de los hombres y mujeres indígenas en la vida nacional, así como analizar de qué manera se realizaría la articulación de los posibles regímenes de autonomía con el sistema nacional. Suscribimos en este sentido las siguientes propuestas:

  • En primer lugar, y en lo que concierne a la elección de diputados de representación proporcional al Congreso de la Unión, desde hace tiempo se ha planteado en nuestro país la conveniencia de añadir a las cinco circunscripciones electorales ya existentes una circunscripción electoral especial, cuyos diputados serían elegidos exclusivamente por indígenas.

  • En lo referente a los diputados de mayoría relativa al Congreso de la Unión, el documento que presentó la Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía a ese órgano legislativo incluye, dentro de su concepción de autonomías regionales, una propuesta para que una o más regiones autónomas integren nuevos distritos electorales.

  • Finalmente, es preciso también crear mecanismos que posibiliten nuestra participación en los congresos estatales. En el caso concreto del estado de Oaxaca, los indígenas estamos planteando la necesidad de que se hagan reformas a la constitución de nuestro estado para que se creen dichos canales de participación.

En cada uno de estos tres casos, es importante subrayar la necesidad de que la designación de diputados se haga con base en nuestros mecanismos propios de representación y no por la vía de los partidos políticos.

En definitiva, el tema de la autonomía es amplio y complejo y somos conscientes de que la cuestión no acaba aquí: no basta con obtener un decreto que diga que somos autónomos, sino que todo depende de hasta qué grado los indígenas tengamos la capacidad y la fuerza necesarias para lograr el efectivo respeto de ese derecho nuestro. Con todo, y aun suponiendo que el estado cumpliera plenamente los ordenamientos legales, la búsqueda de la libertad siempre tiene un componente utópico pues, realmente, no podemos imaginar las comunidades o las regiones autónomas como islas que puedan sustraerse plenamente al mar de la globalización mundial de la economía, de los medios masivos de comunicación, etcétera.[6]

Sin embargo, y como toda utopía, la libertad y la libre determinación son hitos que nos inspiran en nuestro caminar como indígenas.

Los alcances de la autonomía

Como decíamos en nuestra anterior exposición, desde 1994 se ha acentuado en México la discusión sobre el tema de las autonomías; son varios los puntos de vista que se han expresado a lo largo de la misma. Por un lado, y en lo que respecta a qué forma deberían adoptar las autonomías indígenas, todas las propuestas van encaminadas a plantear la autonomía desde un criterio territorial y no tanto étnico. Concretamente, se está hablando de tres ámbitos territoriales en los que podrían darse las autonomías:

  1. La comunidad

  2. El municipio

  3. La región (pluriétnica o monoétnica)

Cada uno de estos ámbitos o niveles implica unos alcances y unos límites que trataremos de analizar, para discernir sus respectivas ventajas e inconvenientes. Para ello, es muy importante no perder de vista el hecho de que en México -y, por supuesto, en América Latina- existe una gran variedad de situaciones políticas, sociales, etcétera, con lo cual lo que podría resultar apropiado en un contexto dado puede no serlo en otro. En nuestro caso, los planteamientos los vamos a hacer básicamente tomando en cuenta las circunstancias en que nos encontramos los mixes.

a] Autonomía comunitaria

La existencia de una verdadera autonomía comunitaria implicaría, a nuestro entender, el pleno reconocimiento y ejercicio de las siguientes facultades para las comunidades:

EN EL ÁMBITO ECONÓMICO:

  • Controlar y gestionar el aprovechamiento de las tierras comunales y recursos naturales de la comunidad.

  • Planear y ejecutar proyectos de desarrollo comunitario.

  • Recaudar sus propios impuestos y recibir recursos económicos del municipio, del estado y de la federación, administrándolos según su criterio.

EN EL TERRENO POLÍTICO:

  • Elegir y nombrar a las autoridades comunitarias con base en sus mecanismos propios y sin la intromisión de los partidos políticos.

  • Tomar en asamblea las decisiones que atañen a la vida pública de la comunidad.

  • Participar en la elección de las autoridades del municipio correspondiente y, en su caso, del gobierno regional autónomo. Esto debe incluir tanto la facultad de votar como la de ser votados/as.

EN LA ESFERA JURÍDICA:

  • Acordar, mantener y modificar las normas sociales y jurídicas que rigen la vida de la comunidad.

  • Ejercer plenamente las facultades jurisdiccionales para juzgar las infracciones a dichas normas por medio de sus autoridades tradicionales, siempre que la comunidad manifieste su voluntad de hacerlo, así como ejecutar las resoluciones correspondientes.

EN EL CAMPO RELIGIOSO:

  • Decidir libremente la entrada o no de iglesias en la comunidad.

  • Practicar sus creencias y ritos religiosos propios sin injerencia de ninguna iglesia.

EN EL ÁMBITO EDUCATIVO:

  • Decidir sobre los planes de enseñanza y los maestros que van a intervenir en la comunidad.

b] Autonomía municipal

La demanda de autonomía municipal está siendo planteada en nuestro país no tanto por los indígenas sino por otros sectores sociales. En este sentido, se está dando una reivindicación de mayores espacios de decisión para los municipios, lo cual incluye la demanda de la plena ejecución de las estipulaciones que ya actualmente recoge el artículo 115 de nuestra constitución, así como su ampliación.

En el caso de los indígenas, en general la figura del municipio la sentimos como ajena y apenas le damos trascendencia, por lo que las propuestas en torno a este tipo de autonomía son las que hasta ahora se han trabajado menos. Sin embargo, desde nuestro punto de vista apuntaremos que, dentro de la necesaria reforma del estado que debe implantarse en México, deberían también darse cambios en el funcionamiento del municipio.

La Constitución, en el artículo 115 referente a los municipios, partió del principio de la igualdad de todos éstos. No obstante, a nuestro entender sería necesario que en la Constitución nacional y en las estatales se regularan específicamente los municipios ubicados en zonas indígenas, reconociéndoles el estatus de muncipios indígenas, con objeto de dar cabida a la especificidad cultural y normativa que tienen. Actualmente, el ordenamiento legal mexicano no toma en cuenta suficientemente nuestras características particulares. Por ejemplo, la Constitución del estado de Oaxaca, en su artículo 82, prescribe que el mandato de las autoridades municipales será por tres años, mientras que en la práctica, en la gran mayoría de los municipios indígenas de nuestro estado, todos los cargos tienen la duración de un año.

Por otra parte, dentro de las transformaciones que deben producirse, creemos necesario que las cabeceras municipales den participación a las comunidades de su municipio en la elección de sus autoridades y, sobre todo, que les transfieran recursos económicos de manera proporcional pues, a la fecha, a menudo las agencias municipales y de policía no reciben ningún recurso. Del mismo modo, y para el caso en que llegara a instituirse una Autonomía Regional Mixe, sería muy difícil que se diera una relación directa entre ésta y las aproximadamente cientoveintitrés comunidades mixes que existen. Por ello, probablemente el municipio indígena podría desempeñar una función como instancia intermediaria, a efectos administrativos y de representación.

c] Autonomía regional

Desde nuestro punto de vista, no sería suficiente que las autonomías regionales tuvieran un carácter meramente administrativo, sino que deben tener potestades tanto ejecutivas como legislativas y judiciales. Algunas de las facultades concretas que creemos que deberían tener serían:

A NIVEL ECONÓMICO:

  • Regular el uso, preservación, aprovechamiento, control y defensa de su territorio, recursos naturales y medio ambiente, en coordinación con las comunidades y municipios de la región.

  • Planear y ejecutar programas de desarrollo regional. En todo caso, tener una participación directa en los planes que la federación y el estado tengan para la región.

  • Negociar y recibir recursos económicos de la federación y del estado y distribuirlos proporcionalmente en su ámbito territorial. En su caso, instituir impuestos que permitan recaudar fondos propios para su región.

  • Administrar los posibles fondos de compensación y desarrollo que llegara a instituir el estado para mitigar los desequilibrios económicos de las regiones autónomas respecto del resto de la nación.

  • Proporcionar apoyo administrativo y técnico para el desarrollo de su región, a todos los niveles (económico, político, cultural, etcétera).

EN EL TERRENO POLÍTICO:

  • Operar como instancia superior de coordinación entre las comunidades y municipios indígenas, y entre éstos y las instancias nacionales.

  • A través de un órgano legislativo, reconocer y emitir normas generales de acuerdo a los principios generales que sustentan el derecho mixe, con competencia en todo el ámbito regional.

  • Disponer de un órgano ejecutivo nombrado con base en los mecanismos propios de elección.

EN EL CAMPO JURÍDICO:

  • Actuar como una segunda instancia en el caso de conflictos que superen el ámbito de una comunidad, o en el supuesto de problemas que las comunidades les turnen voluntariamente debido a su gravedad. (Se trataría, en nuestro caso, de instituir un Tribunal Mixe.)

A NIVEL EDUCATIVO-CULTURAL:

  • Elaborar planes de educación intercultural acordes a la realidad y los intereses indígenas, en coordinación con las autoridades educativas estatales y nacionales.

  • Velar por que efectivamente se respete la cooficialidad de las lenguas indígenas junto con el español, y potenciar el uso y desarrollo de los idiomas indígenas.

Entre las ventajas de implantar autonomías regionales, se ha señalado que manejarían recursos económicos relativamente altos y que tendrían la capacidad de implementar planes de desarrollo regional. Al mismo tiempo, contarían con un poder político que les permitiría negociar con los estados desde una posición de fuerza notablemente mayor que la de las comunidades y municipios. Sin embargo, la principal desventaja que le vemos a este tipo de autonomía sería que, entre los mixes hoy por hoy no existe una conciencia clara sobre la conveniencia de instaurar una autonomía regional y, por tanto, si esto llegara a hacerse se viviría como algo ajeno a nuestras demandas. Asimismo, se ha criticado también como inconvenientes de las regiones autónomas pluriétnicas la dificultad que implicaría demarcar la participación política de los diferentes pueblos indígenas y de la población mestiza que habiten en la región, así como el peligro de que se fomente un mayor burocratismo.

Particularmente, y a partir de lo que se ha discutido en varios foros comunitarios y regionales, defendemos que el escalón que debe priorizarse ahora mismo es el de la autonomía comunitaria. Esto es así porque estamos convencidos de que el proceso autonómico debe construirse de abajo a arriba y no al revés. En el presente, y aunque en muchos sentidos no haya obedecido a nuestra propia voluntad, la realidad es que los mixes experimentamos cotidianamente nuestra dimensión colectiva fundamentalmente en el nivel comunitario.

Las comunidades mixes, a través de las diferentes circunstancias históricas, hemos desarrollado y mantenido nuestros valores comunitarios. Gracias a ellos hemos sabido salir adelante hasta la fecha con nuestro propio esfuerzo, y hemos construido con nuestros tequios los palacios municipales, las escuelas, los templos... sin ninguna ayuda externa. Deseamos con mucha fuerza poder mantener estos valores y la organización social, económica, política, jurídica y cultural que deriva de ellos, tal como hemos venido haciéndolo hasta el presente. En particular, nos preocupa el fortalecimiento de nuestra autonomía en lo referente a mantener el control sobre nuestras tierras comunales y en el sentido de seguir funcionando mediante asambleas comunitarias para tomar nuestras decisiones y para elegir a las autoridades que van a representarnos. Pensamos que la autonomía comunitaria es la forma más adecuada para preservar los mencionados valores de la comunidad.

Sobre la propuesta de priorizar la autonomía comunitaria se ha hecho la crítica de que podría contribuir a una mayor atomización de los pueblos indígenas, así como fomentar las relaciones caciquiles vinculadas al poder central.[7] En este sentido, queremos señalar que la separación entre nuestras comunidades mixes es ya en el presente una lamentable realidad que tenemos que afrontar. Y en cuanto al segundo argumento, en la región mixe, aun a pesar del aislamiento de nuestras comunidades, sólo en casos puntuales se han producido problemas de caciquismo. De hecho, precisamente, las experiencias de caciquismo más graves que hemos vivido los mixes han tenido un carácter regional. Es por ello que entre nosotros perdura una desconfianza hacia la posibilidad de que uno o unos pocos individuos lleguen a detentar el poder o representación de toda la región, pues tememos que entonces no se tome en cuenta la voluntad de las comunidades, en las que sí nos sentimos todos representados. Por tanto podemos decir que, en general, ese aislamiento de las comunidades mixes ha contribuido más que nada a reforzar la independencia y el sentido de identidad de cada una de ellas.

Sin embargo, lo anterior no debe interpretarse en el sentido de que nos aferramos a la dimensión comunitaria. Es evidente que la autonomía de este tipo tiene unos límites muy claros: un excesivo localismo puede hacer "olvidar" a esa comunidad que forma parte de un pueblo y de una cultura más amplia. Por otro lado, sus recursos económicos sólo permiten a las comunidades emprender proyectos de desarrollo de pequeña envergadura, y a menudo las hacen depender de otras instancias administrativas superiores para tener un alcance mayor.

Conscientes de estos límites, de cara a un futuro quizás no muy lejano, sí nos planteamos alcanzar una autonomía regional que, en nuestro caso, dado que los dieciocho municipios mixes formamos un territorio compacto, debería ser de carácter monoétnico. En el nivel regional pluriétnico, las experiencias que hemos tenido hasta ahora al reunirnos diferentes comunidades mixes, zapotecas y chinantecas han dado resultados positivos y alentadores, pero creemos que todavía nos falta madurar mucho en este sentido. Se nos hace difícil pensar ahora mismo en postular una autonomía regional para los mixes cuando actualmente, entre nosotros, sólo se dan reuniones regionales cada dos o tres años. En cambio, nuestra vida cotidiana se desarrolla en su mayor parte en el marco de la comunidad y, por consiguiente, desde nuestro punto de vista la autonomía comunitaria constituye la base del edificio. Es por eso que obligatoriamente debe fortalecerse en primer lugar el nivel comunitario.

Por todo ello, sostenemos que en el ordenamiento nacional y en las leyes estatales se deben tomar medidas tendientes a:

  1. El amplio reconocimiento y respeto efectivo a la personalidad jurídica de las comunidades indígenas como entidades sociales, políticas, económicas, culturales y jurídicas, y no únicamente en su aspecto agrario, tal como está actualmente reconocido en el artículo 27 constitucional.

  2. La puesta en práctica de una auténtica descentralización administrativa y fiscal, y el otorgamiento de mayores recursos económicos a las comunidades y municipios.

  3. La inalienabilidad, inembargabilidad e imprescriptibilidad de nuestras tierras comunales.

  4. El pleno respeto a los estatutos comunales en los distintos ámbitos de la vida comunitaria, y no sólo en el agrario.

  5. El reconocimiento y respeto a nuestros sistemas jurídicos indígenas y a las normas concretas que se dan en cada una de nuestras comunidades. Esto incluiría el reconocimiento legal de la facultad de nuestras autoridades tradicionales para juzgar las infracciones cometidas al interior de la comunidad, con base en la normatividad propia y siempre que ellas así lo decidieran.

  6. Garantizar el respeto a nuestros mecanismos propios de elección de autoridades: mediante asamblea, sin recurrir a los partidos políticos; concibiendo la autoridad como servicio y tomando en cuenta los cargos anteriormente cumplidos por el individuo.

En relación con este último punto, recientemente varias organizaciones indígenas presentamos ante la Cámara de Diputados del estado de Oaxaca una propuesta de reforma al Código de Instituciones y Procedimientos Políticos y Electorales y a algunos artículos de la Constitución del Estado. Nuestra demanda es que se reconozca legalmente lo que ya se da de hecho en la gran mayoría de comunidades y municipios de Oaxaca, y que por consiguiente se elimine la obligación de registrar a través de un partido político a las autoridades electas por asamblea. Esta propuesta de reforma lamentablemente no fue aceptada en su totalidad, pero sí se aprobó suprimir dicha obligación.

Éstas serían las reformas legales que proponemos que se adopten de manera más inmediata. Pero las transformaciones no deberían quedar ahí. Dada la pluralidad de situaciones en que nos encontramos los diversos pueblos indígenas de México, pensamos que la Constitución debería recoger las diferentes posibilidades de concreción de la autonomía que han sido planteadas por las organizaciones y los representantes indígenas de todo el país a lo largo de estos meses. Por lo tanto, el ordenamiento jurídico mexicano debería contemplar un modelo autonómico amplio y flexible para que cada entidad territorial indígena pudiera optar por el que más se adecuara a su situación. Para el caso de las áreas indígenas, la Carta Magna debería regular los tres niveles de autonomía: la comunidad, el municipio y las regiones -ya sean pluriétnicas o monoétnicas- que, junto con los estados y la federación, constituirían los cinco "pisos" de la organización del estado mexicano. En este sentido, la Constitución, dado que es la ley máxima del país, debería recoger algunos de los principios generales que deben regular el funcionamiento de las autonomías indígenas, mientras que los requerimientos particulares para cada situación -para cada comunidad, municipio, pueblo o región- deberían regularse en las constituciones de las entidades federativas y en los estatutos de autonomía respectivos.


Notas:

[*]

Ponencia de Servicios del Pueblo Mixe, A.C., coordinador general, Adelfo Regino Montes, en el Foro Indígena Nacional celebrado en San Cristóbal de las Casas, en enero de 1996.

[1]

Cf. José A. Obieta Chalbaud, El derecho humano de la autodeterminación de los pueblos, Tecnos, Madrid, 1985; y Frier Esterbauer, "El derecho de la autodeterminación de los pueblos", en Autodeterminación de los pueblos. Un reto para Euskadi y Europa, Herria 2000, Bilbao, 1985.

[2]

Diccionario Jurídico Mexicano, Porrúa-UNAM-IIJ, México, 1991.

[3]

V Foro Estatal sobre la Realidad Indígena, Campesina y Negra, Memoria, CENAMI, A.C., mayo de 1995, Oaxaca, Oaxaca.

[4]

Citado por Héctor Díaz-Polanco, Autonomía regional. La autodeterminación de los pueblos indios, Siglo XXI, México, 1991, p. 166.

[5]

Cf. Díaz-Polanco, op. cit. p. 151.

[6]

Cf. José del Val, "Cosmovisión, prácticas jurídicas de los pueblos indios y autonomía", en Ojarasca, ns. 31-32, México, 1994.

[7]

Díaz-Polanco, "Las autonomías, una formulación mexicana", en Ojarasca, n. 44, México, 1995, p. 34.

15/12/08

La APPO, dos años después: ¿a dónde va el movimiento social de Oaxaca?

La intención de concentrar esfuerzos en la organización directa, horizontal y comunitaria, y el rechazo a depender de partidos políticos, del gobierno u organizaciones jerárquicas es muy prometedora
Scott Campbell | La Haine | 9-9-2008 |
www.kaosenlared.net/noticia/appo-dos-anos-despues-donde-va-movimiento-social-oaxaca

La entrada del otoño en Oaxaca marca el inicio de un período de conmemoraciones. Las marchas por José Jiménez Colmenares y Lorenzo San Pablo Cervantes, miembros caídos de la APPO, ya se han hecho presentes serpenteando las calles de la ciudad, deteniéndose en los lugares de los respectivos asesinatos en 2006, realizando ceremonias en la Catedral. En los próximos meses Oaxaca verá veinticuatro marchas luctuosas más; la cifra no hará sino crecer mientras se llevan a cabo esfuerzos por identificar los por lo menos ocho cadáveres descubiertos hace poco en tumbas clandestinas dentro del cementerio principal de Oaxaca.

En lo que representa toda una vida desde la perspectiva de los movimientos sociales y apenas un parpadeo para la historia de largo aliento, han pasado poco más de dos años desde que el pueblo de Oaxaca estalló en una rebelión espontánea pero profundamente arraigada en contra del brutal gobierno de Ulises Ruiz Ortiz (URO) y todo lo que representa. La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) se formó apenas unos días después de que las tropas de asalto de URO organizaran redadas en el centro de la ciudad el 14 de junio de 2006 en un intento por retirar el campamento de maestros en huelga (tras reagruparse, los maestros y sus simpatizantes volvieron a tomar el Zócalo).

En esencia, la APPO nació como un grupo horizontal impulsado por el consenso y arraigado en las prácticas indígenas milenarias de las asambleas. David Venegas, participante de la APPO y miembro del grupo anarquista VOCAL escribió hace poco en el diario Noticias de Oaxaca que "Olvidan e ignoran que la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca es naturalmente opuesta al poder. Pues la horizontalidad, respeto por el consenso y el diálogo respetuosos son los principios fundamentales de la asamblea".[1]

Durante más de cinco meses, la APPO controló la ciudad de Oaxaca y de gran parte del estado. No fue hasta que Vicente Fox, en una de sus decisiones de despedida del cargo presidencial, envío a la policía paramilitar federal el 25 de noviembre que URO recuperó "el control". Sería más preciso señalar que la APPO perdió el control físico y nada más. Ha corrido mucha tinta en torno a aquellos "días de libertad", como los llamaba un amigo, tanta que es innecesario hacer una crónica en este espacio. Recomiendo a quienes tengan interés en los detalles la lectura de The People Decide: Oaxaca’s Popular Assembly de Nancy Davies, disponible en NarcoNews.com.

A dos años, ¿qué queda en Oaxaca? ¿La APPO quedó reducida a mero mecanismo para recordar a sus miembros caídos? ¿Se vale decir, como URO afirma con insistencia epiléptica, que "aquí no pasa nada"? ¿O lo que vemos es la crisálida de un movimiento que se vuelve a consolidar para resurgir con la misma efervescencia pero con renovada asertividad? Sin duda, hay mensajes encontrados y estamos lejos de prever lo que esté por venir. El panorama resulta fácilmente sombrío.

Para empezar, la APPO, a efectos prácticos, ya no existe como asamblea que se reúne, toma decisiones colectivas y toma acción pública. No obstante, muchas organizaciones que formaron parte de la APPO siguen usando este nombre al difundir sus acciones y enviar comunicados que, irónica o trágicamente, suelen incluir denuncias contra otras organizaciones que también pertenecieron a la APPO y también recurren al mismo sello. Claro que, en el mejor de los casos, esto genera confusión y, en el peor, desánimo y desilusión.

No hay divisiones claras, pero el conflicto más o menos puede dejar ver dos bandos generales: quienes han elegido aprovechar el peso político y social de la APPO para adentrarse en el sistema político vigente y tratar de sacar lo que se pueda, y quienes rechazan toda relación con el sistema que en 2006 mataba y desaparecía a sus camaradas. Esto ha creado, como bien señala Kiado Cruz, editor de OaxacaLibre.org, "una parálisis generalizada"[2] dentro del movimiento social y en su formulación actual no hay esperanza de avance.

Este desacuerdo se ha traducido en la reducción de despliegues de movilización social bajo las pancartas de la APPO y, asestando nuevos golpes a la organización hoy carente de capacidad de acción, las disputas entre ambos bandos suelen ser públicas. Un ejemplo de esta mutua animosidad tuvo lugar durante una marcha celebrada el 10 de agosto para conmemorar el asesinato de José Jiménez Colmenares. Mientras la procesión se detenía en el lugar en el que cayó Jiménez, un grupo de anarcopunks dejó pintas en las paredes del edificio desde el que Jiménez fue ultimado a tiros. Un par de pintas denunciaban a Zenén Bravo: "Nuestros muertos no caben en las urnas. ¡Entiéndelo, Zenén!", gritaban los muros.

Bravo, ex miembro del consejo de la APPO y organizador del Frente Popular Revolucionario (FPR), un grupo marxistaleninista - estalinista, es hoy diputado del estado. Elegido en 2007, su decisión de contender conjuntamente por el PRD-TConvergencia (partidos políticos de "centro izquierda") fue un terrible golpe para la integridad de la APPO que, por regla general, rechazaba toda participación con partidos políticos y política electoral.

Después, durante la marcha, Germán Mendoza Nube, otro líder del FPR, vio su discurso interrumpido con gritos de "traidor". Los miembros del FPR echaron a correr hacia quienes gritaban (anarcopunks, miembros del grupo anarquista VOCAL y otras personas) y casi estalló una trifulca callejera entre miembros de la APPO. Al día siguiente, a la par de la disputa mencionada en los medios, el sitio "oficial" de la APPO exageraba el incidente y denunciaba a VOCAL. La semana subsiguiente hubo una marcha por Lorenzo San Pablo, otro miembro de la APPO que fue asesinado, organizada por VOCAL, pero el sitio "oficial" de la APPO no consideró pertinente hablar del asunto.

Mientras esta disputa se evidencia en las calles y en Internet, los miembros de la APPO que están sedientos de poder siguen en pleno romance con sus otrora opresores y ahora colegas, al tiempo que quienes desean mantenerse leales a la premisa original de la APPO proponen la construcción de algo nuevo. Es precisamente esta etapa de consolidación, deliberación y reconstrucción lo que alimenta la esperanza de un movimiento social triunfante. En las últimas semanas se consolidaron diversas iniciativas a modo de muestra de esta nueva trayectoria:

* Se llevó a cabo un foro ciudadano de cinco días en la zona residencial de Reforma a principios de agosto. El foro retomó el aliento del éxito comunitario al impedir la construcción de un Chedraui, un supermercado tipo Wal-Mart, después de que la empresa, a las 4 de la madrugada, talara 200 árboles en el parque donde esperaban levantar la tienda. El foro no se limitó a discutir qué hacer con el espacio ralo; también se abordó el tema "la democracia participativa, la ciudad que queremos"[3], y los problemas que enfrenta cada barrio de la ciudad y qué medidas pueden tomarse colectivamente para resolver dichos problemas en forma independiente de los partidos políticos y el gobierno.

* Está en curso el diplomado de "investigadores descalzos", organizado por VOCAL y el proyecto de educación alternativa Universidad de la Tierra (Unitierra). Este proyecto de ingreso libre y gratuito organiza reuniones de cinco horas cada dos semanas durante varios meses con el propósito de realizar, entre otras actividades, "una reflexión sistemática sobre la situación económica, social y política de Oaxaca, con perspectiva nacional y mundial, con énfasis en los movimientos sociales autónomos; es decir los que luchan desde la base para transformar la sociedad sin la toma del poder del estado."[4]

* En fechas más recientes, se celebró la Primera Asamblea de Estaciones de Radio Comunitarias y Libres/Piratas en Zaachila, Oaxaca, a fines de agosto. Las estaciones participantes crearon una asamblea permanente para promover y defender a las estaciones de radio comunitarias e indígenas, una de las herramientas más importantes para el movimiento social y objeto constante de ataques del Estado.[5]

En una reciente entrevista con Noticias, Gustavo Esteva, presidente del consejo de Unitierra y académico de largo aliento especializado en movimientos sociales, destacó que "Sin duda "... en 50 años de estudio de la situación social en Oaxaca, "nunca he visto tanto movimiento y efervescencia abajo", lo que debe de preocupar al gobierno... Explicó que esta efervescencia social es "invisible para los medios de comunicación porque no es nada espectacular; no se define por marchas, sino que se concretiza en iniciativas por la generación de un nuevo tejido social".[6]

En una reflexión sobre este nuevo movimiento, Kiado Cruz propone nombrarlo "comunalicracia": "Es importante reflexionar en la acción si nuestro movimiento es mas allá de lo ideológico o somos un movimiento que tiene un rostro y un corazón que intuimos viene de lo mas profundo de nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar heredada de nuestros antepasados... Si esta intuición la confirmamos entre tod@s podremos definir los caminos constructivos de esa acción."[7]

Queda por esperar el resultado de estos foros, seminarios y asambleas. No obstante, está claro que si bien la APPO puede estar fragmentada, tanto por las divisiones internas como por la represión del gobierno, la voluntado del pueblo por continuar la lucha se mantiene incólume. La intención de concentrar esfuerzos en la organización directa, frente a frente, horizontal y comunitaria, así como el rechazo a interactuar o depender de partidos políticos, del gobierno o de organizaciones jerárquicas es muy prometedora. Garantiza que aquello que surja será un movimiento genuino del pueblo oaxaqueño. Un movimiento cuya orientación, acciones y victorias serán del pueblo.

Como lo señala David Venegas, "El poder, por mas que se lama las heridas superficiales que le ha dejado sobre el cuerpo la acción insurrecta del pueblo en 2006, y aunque se pinte y se adorne con palabras de paz social, reconciliación y desarrollo en su cuerpo horrendo, no será capaz de curarse de la herida mas profunda provocada por el pueblo en 2006, la herida producida en la fuente misma de su fortaleza por la conciencia ganada de nuestros pueblos de lo insostenible de su situación y de la necesidad de luchar incansablemente hasta obtener justicia, libertad, dignidad y paz verdaderas. Es esta la herida mortal que permanece en el corazón del poder y de la cual no ha de recuperarse jamás".[8]


Notas

1. Venegas, David. "El equilibrio del poder." Noticias - Voz e Imagen de Oaxaca. 13/8/08. http://vocal.lahaine.org/articulo.php?p=179. Noticias no publicó la sección de Opinión en su sitio web. http://www.lahaine.org/index.php?p=32214

2. Cruz, Kiado. "Dar vuelta a la esquina." Oaxacalibre.org. 24/8/08.

3. http://www.kaosenlared.net/noticia/oaxaca-ciudad-de-ciudadanos

4. http://lahaine.org/index.php?p=17134

5. oaxacalibre.org

6. Matias, Pedro. "Incompetentes juegan con fuego: Gustavo Esteva" Noticias - Voz e Imagen de Oaxaca. 3/8/08.

7. Ver Cruz, Kiado, op. cit.

8. Ver Venegas, David, op. cit.

Traducción del inglés de Atenea Acevedo. VOCAL, http://vocal.lahaine.org

13/12/08

Oaxaca un año después: El espejo de México - CLAUDIO ALBERTANI

Claudio Albertani
Rebelión

La guerra es la paz
la libertad es la esclavitud,
la ignorancia es la fuerza
George Orwell

Oaxaca está en paz y refleja
un clima de tranquilidad
Ulises Ruiz, 10 de mayo de 2007

A un año del estallido del conflicto magisterial, Oaxaca es el espejo de México. El proceso de derechización avanza a pasos agigantados, pero también avanza la rebeldía que busca y, en ocasiones, encuentra nuevos caminos. La pobreza en la que vive aproximadamente el 67% de los oaxaqueños (2 millones 349 mil 570 personas de un total de 3 millones 506 mil 821, según cifras oficiales) y la desigualdad “son una característica que les impiden formar parte activa en la sociedad”, según el Banco Mundial. [1]

Crisol de culturas indígenas y mestizas, en los últimos años la capital del estado se ha transformado en un inmenso aparador para turistas que aporta mucho dinero a inversionistas locales, nacionales y extranjeros, pero muy poco a los ciudadanos de a pie. Con la llegada de Ulises Ruiz Ortiz (URO) a gobernador a finales de 2004, esta situación se vio exacerbada por un renovado ciclo autoritario, caracterizado por el uso discrecional de recursos públicos, el incremento del narcotráfico, la destrucción del patrimonio histórico y natural, el hostigamiento a medios de comunicación independientes, y todo tipo de represión. Hombre torpe y despiadado, Ruiz Ortiz no triunfó en las urnas, sino, como Felipe Calderón, por la vía del fraude.

Las guerras de URO
Lejos de ser un rezago del pasado, el despotismo que impera en Oaxaca sintetiza y ejemplifica las agudas contradicciones del México actual. Algunos hablan, al respecto, de un larvado proceso de fascistización. [2] Sin adentrarnos en el debate, el hecho es que la derecha arcaica y oligárquica en el poder impulsa una modernización agresiva y excluyente mientras que, a la par, emerge una insurgencia social amplia, inédita y amenazadora. Esta derecha va por todo; no busca legitimidad ni acuerdos sino, únicamente, enriquecerse y perpetuarse a sí misma. En Oaxaca y en otras partes, su programa es el mismo: desmantelar los últimos vestigios del Estado social, someter al país a las necesidades del capital transnacional y acabar con cuanto huele a izquierda. Los matices políticos y las guerras intestinas –que sí las hay– importan poco pues, más allá de las disputas cuando es necesario esta derecha aglutina no solamente al PAN, sino a buena parte del PRI e, incluso, de la llamada izquierda institucional.

La perpetuación en el cargo de URO y el sustento que ha recibido por parte de dos ejecutivos federales consecutivos (el de Vicente Fox y el de Felipe Calderón) no desentonan con el panorama nacional: los primeros meses de la nueva administración panista se caracterizan por la militarización de las principales regiones indígenas del país, numerosos asesinatos perpetrados por el ejército y la solicitud a Estados Unidos de implementar en México un “Plan Colombia” con la excusa de la lucha contra el narcotráfico. [3]
En el caso del gobernante oaxaqueño, su carácter arbitrario se percibió desde su campaña electoral. El 27 de julio del 2004, en un acto proselitista llevado a cabo en Huautla de Jiménez, sus secuaces mataron a palos al profesor Serafín García por el único delito de oponerse a su candidatura. Como muchos otros, el crimen quedó impune. [4]

El 1 de agosto, día de los comicios, el sistema de conteo de votos se cayó tres veces, de manera que el “triunfo” de URO –apodado el mapache mayor [5] – fue impugnado por la coalición “Todos Somos Oaxaca” abanderada por Gabino Cué. No sirvió de nada: las cartas ya estaban echadas pues, al parecer, la gubernatura fue un pago por la guerra sucia que, años antes, URO había coordinado en Tabasco contra Andrés Manuel López Obrador, archienemigo del precandidato presidencial del PRI, Roberto Madrazo.
Como sea, el primer acto del flamante gobernador fue desencadenar otra guerra, ahora contra un periódico local independiente, Noticias de Oaxaca, juzgado reo del crimen de disidencia. El 17 de junio de 2005, porros dirigidos por el diputado priista y “líder sindical”, David Aguilar, irrumpieron en los locales del diario. Ante la negativa de la redacción para sumarse a una “huelga”, los asaltantes retuvieron a los 31 periodistas presentes durante más de un mes. [6]

Sin embargo, Noticias siguió saliendo pues los secuestrados encontraron la manera de sacar la información por medio de internet y el periódico se empezó a imprimir en Tuxtepec, a más de 200 kilómetros de Oaxaca. Cuando la policía de Ruiz Ortiz dispuso interceptar las camionetas que lo transportaban, su dueño, Ericel Gómez, alquiló una avioneta para que los voceadores lo recogieran directamente en el aeropuerto, con la ayuda del sindicato de los maestros. La disputa siguió, el tiraje bajó considerablemente, pero al final, Noticias logró sobrevivir al acoso oficial. Radicalizó, eso sí, su línea editorial volviéndose el periódico más vendido de la entidad. URO cosechaba así su primera derrota.

Otro suceso característico es la agresión contra Santiago Xanica, una comunidad indígena zapoteca enclavada en la Sierra Sur que desde hacía años luchaba por el respeto de sus derechos colectivos. En diciembre de 2004, a los pocos días de la toma de posesión de URO, el ejército empezó a patrullar la localidad y el 15 de enero de 2005, la policía preventiva estatal abrió un fuego cruzado contra unos 80 indígenas que se hallaban haciendo un tequio cerca del panteón municipal. En la acción fue herido de gravedad Abraham Ramírez Vázquez, dirigente del Comité por la Defensa de los Derechos Indígenas (CODEDI). Puesto que en el tiempo de los asesinos las víctimas son siempre culpables, el luchador social fue detenido sin cargos y hasta la fecha se encuentra preso en el penal de Pochutla. [7]

Poco después, URO se embarcó en una costosa y ecológicamente nociva reestructuración del zócalo de Oaxaca que le ganó la antipatía de la clase media local, pero le permitió distribuir enormes cantidades de dinero entre sus allegados.

Hacia finales de mayo de 2006, ya había en Oaxaca unos setenta prisioneros políticos. No satisfecho, el gobernador abrió el fuego contra la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que cuenta con unos 70,000 afiliados y una larga tradición de luchas independientes.
Desde hacía años, en proximidad del día del maestro (15 de mayo), los profesores instalaban un plantón en el centro de la ciudad para plantear sus reivindicaciones. La ciudadanía se quejaba, gruñía, pero raramente les regateaba su simpatía. Catalizadores de la conciencia social, entregados a su trabajo y conocedores profundos de la realidad local, los maestros son muy respetados en la entidad.

En esa ocasión, pedían la homologación de su magro salario a los estándares nacionales, una demanda que involucraba también a las autoridades federales. En la primavera de 2006, sin embargo, se cerraron todas las puertas de la negociación. URO lanzó amenazas intentando manipular a una de las fracciones del movimiento en contra de otra mientras que el gobierno federal panista se desentendió del asunto pensando de asestar así un golpe certero al PRI.

El plantón arrancó el 22 de mayo, sin encontrar mayor eco en la población. Envalentonado, el 14 de junio, URO ordenó su desalojo confiando en el efecto sorpresa. Hacia las 4:50 de la madrugada, agentes de varias corporaciones respaldados por helicópteros que arrojaban granadas tóxicas agredieron a los profesores disparando con armas de fuego. Además de causar pánico entre la población, los policías destruyeron todo lo que pudieron, incluyendo las instalaciones de la emisora magisterial, “Radio Plantón”. El saldo fue de unos 200 heridos, además de un número indeterminado de desaparecidos.

URO mostraba así su talante para hacer frente a la inconformidad social, tal y como lo había hecho semanas antes en Atenco el gobernador –también priista– del Estado de México, Enrique Peña Nieto, con la colaboración entusiasta del ejecutivo federal panista. [8] En vísperas de las elecciones presidenciales, el gobernador de Oaxaca enviaba, además, el mensaje de su jefe, Roberto Madrazo: el PRI es el partido del orden. Por entonces, las elecciones ya estaban ensangrentadas.

El incendio
Lo que sucedió después evidencia, una vez más, que cuando los poderosos se muestran demasiado ávidos acaban perjudicando sus propios intereses. [9] La población que hasta ese momento se había mantenido pasiva –si no es que abiertamente hostil– cambió de actitud volcándose a las calles en solidaridad con los profesores.

Éstos se reagruparon enfrentando a los uniformados con piedras y palos, ahora auxiliados por universitarios, organizaciones sociales y ciudadanos de a pie. En cuestión de horas, la multitud enardecida retomó el zócalo reinstalando el plantón a despecho de URO. Acto seguido, los profesores desconocieron al gobernador, exigiendo, desde ese momento, su renuncia como condición previa e ineludible para solucionar el conflicto laboral.

El día 16, una megamarcha de unas 300 mil personas mostró el arrastre del magisterio. La ciudadanía –estudiantes, padres de familia, trabajadores, burócratas e, incluso, comerciantes– los recibía con aplausos y cuando alguien sacó una pancarta que decía “fuera Ulises” todo el mundo aplaudió.
Mientras tanto, la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI) protestaba en Matías Romero bloqueando durante varias horas la carretera transístmica. Ambos acontecimientos eran una anticipación de lo que vendría pronto: las megamarchas en la capital y la ramificación del movimiento en el resto del estado.

El movimiento dio un giro cuando, el 18 de junio, se anunció la constitución de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) en la que, además de los maestros, convergieron unas 350 organizaciones de carácter muy variado: sindicatos, colectivos libertarios, viejas agrupaciones de la izquierda marxista– leninista, organizaciones ciudadanas, indígenas, trabajadores, artistas, estudiantes e individuos sin partido.
La APPO surgió así por iniciativa de los maestros como una forma de canalizar el apoyo social hacia su movimiento reivindicativo, pero los rebasó pronto. El día 20, sus integrantes acordaron crear una dirección colectiva provisional conformada por treinta personas planteando integrar un frente común “para iniciar una lucha prolongada, hasta lograr la desaparición de poderes, la destitución de Ulises Ruiz Ortiz y el arribo del poder popular”. [10]

Aun cuando el término “poder popular” puede molestar por las experiencias históricas que evoca, expresaba la idea de transformar las condiciones de vida sentando las bases de una nueva relación sociedad–gobierno.
Pronto nacieron comisiones internas, como las de prensa, barricadas y propaganda. “Comenzamos a conformar una red de organizaciones, y cualquier acción que quisiéramos realizar debía pasar por una consulta de las bases, tanto de los maestros como de la propia APPO”. [11]
Como sea, las demandas laborales ya habían pasado en segundo plano ante la exigencia de la salida de Ruiz que, a su vez, planteaba una demanda de democratización.

Según Gustavo Esteva, dentro de la APPO confluyeron tres luchas democráticas distintas. [12] La primera pugna por la democracia formal: cómo mejorar las condiciones de representación; cómo acabar con las trampas y fraudes del sistema electoral, acotar la manipulación de los medios y asegurar el correcto funcionamiento de las instituciones del Estado de derecho. Estas demandas son muy vigorosas en Oaxaca y muy visibles dentro de la APPO. Una segunda corriente plantea la democracia participativa, es decir el fortalecimiento de la iniciativa popular, la institución de las figuras jurídicas del referéndum y del plebiscito, la posibilidad de revocar los mandatos y la opción de lo que se denomina presupuesto participativo, o sea que los servicios públicos se realicen con la participación de los ciudadanos y no de manera arbitraria. La tercera, que se podría nombrar democracia radical dice: no necesitamos allá arriba ningún poder político; podemos necesitar formas de coordinación administrativas, pero nada más. Esta corriente lucha por una sociedad en la que el origen de la ley reside en la autonomía individual y colectiva de todos los seres humanos. Es una corriente transversal que en México se inspira en la experiencia de los pueblos indígenas, pero también en las luchas urbanas y en el anarquismo.

En palabras de David Venegas, “el Alebrije” consejero de la APPO, preso desde el 13 de abril de 2007 en el penal de Ixcotel, “es posible vivir y convivir en un orden social propio, emanado de la voluntad colectiva y no de la imposición de un gobierno que es extraño a los intereses y necesidades de los pueblos, un orden social en donde los valores que imperan […] son la fraternidad, la solidaridad, la cooperación y la defensa comunitaria y no más un orden social basado en el miedo al castigo, a la autoridad, al escarnio público o a la cárcel. [13]
Lo que expresa David tiene que ver con la demanda de autoorganización y autogobierno de las masas que se incorporaron al movimiento y con la aspiración a crear un mundo nuevo desde las entrañas del antiguo. Además de explicar el desbordamiento de los sindicatos y las organizaciones marxistas–leninistas, esas aspiraciones siguen siendo las mejor garantía de que el peligro de fascistización se topa con una barrera infranqueable.

Lejos de ser extremista, la “democracia radical” tiene una posición realista, es decir no alejada de los hechos. No es ideológica, ya que no se identifica con ninguna organización en particular. Asimismo, está consciente de que no es dominante en el conjunto del país. En México, existe una caricatura de democracia formal, un poco de democracia participativa, mientras que la democracia radical tiene expresiones en las comunidades indígenas, entre los zapatistas y, como aspiración, en algunas luchas urbanas. “Entonces –concluye Esteva– nosotros coexistimos con las primeras dos corrientes, porque vivimos en México. No pretendemos separarnos de México. Seguimos aquí y vamos a aceptar algunas cosas de la democracia formal, pero vamos a intentar hacer las cosas a nuestra manera”.

La fiesta
En aquel final de junio de 2006, convergieron en la APPO una multiplicidad no sólo de organizaciones, sino de enfoques, individuos y sensibilidades que de alguna manera también remiten a la vieja tradición libertaria del magonismo que sigue viva en la entidad.

Conforme crecía la indignación, el movimiento iba agarrando fuerza, creatividad y riqueza. En las elecciones presidenciales del 2 de julio, la APPO planteó un voto de castigo a Ulises Ruiz. Aun cuando muchos de sus integrantes defendían una clara posición abstencionista –y a pesar de las acostumbradas manipulaciones y triquiñuelas–, el resultado fue contundente: ganó López Obrador por un margen muy amplio y el PRI quedó en tercera posición, algo nunca visto en la entidad.

Lo que siguió es una historia muy compleja y todavía por narrarse de la que aquí sólo nos interesa retomar algunos hitos. Desde un principio, la APPO se inspiró en las prácticas democráticas de los zapotecos, mixtecos, mixes, amuzgos y demás pueblos originarios. Por esto, pronto cambió su nombre –un tanto anacrónico– de “Asamblea Popular del Pueblo” (al singular) por “Asamblea Popular de los Pueblos” (al plural), lo cual envuelve varios propósitos. Si la idea de “asamblea” aludía a las formas autogestivas que siguen vigentes en el 80 por ciento de los 570 municipios de Oaxaca, entonces era necesario tomar nota de que esas asambleas tienen expresiones múltiples y diversas.

La propia capital del estado es, entre otras cosas, una metrópoli indígena pues varias de sus colonias están integradas básicamente por migrantes que van y vienen de sus pueblos de origen. Muchos de ellos se unieron a las protestas; algunos eran maestros, los más artesanos y vendedores ambulantes. [14] Al enterarse de los hechos, las comunidades se sumaron también aportando su enorme experiencia y su inagotable memorial de agravios: miseria, opresión, marginación, cacicazgo, despojo, olvido…

A la par, llegaron jóvenes urbanos cuya identidad colectiva se construye en el barrio, la música, el vestir y el arte. “Grupos marginados y discriminados, no sólo por el gobierno, como prostitut@s, homosexuales, lesbianas y otros amores, se hicieron presentes, aunque de manera discreta” logrando que “los agravios que ell@s sufren formaran parte del grito colectivo de justicia y libertad por tod@s”. [15]

De junio a octubre de 2006, cientos de miles de personas se volcaron a las calles en una docena de megamarchas de proporciones nunca antes vistas. Juntos fraguaron una lucha plural en donde varios segmentos de sociedad aprendieron a convivir, sin renunciar a sus diferencias y peculiaridades. Juntos recluyeron a Ulises Ruiz en la clandestinidad eclipsando en los hechos a todos los poderes oficiales. Juntos tomaron las oficinas públicas, crearon órganos de autogobierno y administraron la justicia por medio del “Honorable Cuerpo de Topiles”, milicia popular que se inspira en la tradición indígena. [16]

No fue un movimiento clasista en sentido tradicional, pues la clase obrera es casi inexistente en Oaxaca. [17] Fue, si acaso, un movimiento de movimientos. Había gente con la hoz y el martillo a un lado de los estandartes de la virgen de Guadalupe y la A de la anarquía, aunque los más se identificaban por su pertenencia territorial: barrio, colonia o comunidad.

Tampoco fue únicamente un movimiento local: “la experiencia que nosotros tenemos hoy es también gracias a lo que se ha hecho en Ecuador, Brasil y Argentina. Hemos estado pendiente de todos los procesos que ha habido en Latinoamérica, y también en los Estados Unidos con nuestros compañeros migrantes”. [18]

A pesar de que los medios encontraron inmediatamente personas como Flavio Sosa a quien colgarle la etiqueta, la APPO no fue tampoco un movimiento de líderes. En una entrevista que le hice pocos días antes de su detención, el mismo Flavio desmintió esa función: “cuando empezó a correr esta frase alguien hizo un cartel que decía: «este movimiento no es de líderes, es de bases», y lo terminaba firmando como grupo. Al rato, unos muchachos inteligentes le agregaron debajo con pluma: «no es de líderes; ni tampoco de grupos».” [19]

Mucho menos fue un movimiento que buscaba hacerse del poder, a pesar de los delirios estalinistas de algunos de sus integrantes. Esto quedó consignado, por ejemplo, en un graffiti que se podía leer hacia finales de octubre de 2006 en las inmediaciones de la calle Tinoco y Palacios del centro histórico de Oaxaca: “nos quieren obligar a gobernar, no vamos a caer en esa provocación”. ¿Qué significa? Responde Gustavo Esteva: “que no estamos interesados en tomar este gobierno; que este gobierno es una estructura de dominación para controlar a la gente y que no queremos ocupar esa función”. [20]

Ante las barbaridades de URO, la gente empezó un novedoso proceso de auto–organización y durante muchos meses, la ciudad capital pasó por la singular experiencia de una vida sin gobierno y sin burocracia, pero abierta al diálogo y a la innovación. La sabiduría colectiva se impuso de manera pacífica sobre las caravanas de la muerte, las desapariciones forzadas y los atropellos ampliamente documentados por organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales.

Como en una auténtica revolución social, muchas personas descubrieron en la acción sus capacidades recónditas. La participación de las mujeres fue intensa. Algunas de las participantes habían incluso votado por el PRI, pero el movimiento las despertó a una nueva conciencia. Una señora, ya grande, completamente sola y sin más armas que su dignidad rebelde, secuestró un autobús, para ponerlo al servicio de la causa. Y fue un colectivo de mujeres que operó la televisión durante 20 días probando en los hechos la comunicación alternativa sí existe.

Hay que estudiar el papel de los medios recuperados pues fueron la punta de lanza de la movilización. La toma de las 12 radiodifusoras comerciales y del Canal 9 de la televisión local empezaron como medidas defensivas ante la destrucción de Radio Plantón y los daños infligidos a Radio Universidad, las únicas voces independientes de la ciudad. Es claro que el movimiento no se hubiera desarrollado tan rápidamente sin la radio, lo cual no deja de ser una lección importante dentro y fuera de Oaxaca.

La locutora estrella del movimiento fue una médica de 58 años de edad –la ahora mundialmente conocida doctora Berta– que transmitía desde radio universidad día y noche tomando café y fumando cigarros Delicados. Cuando salía era para atender a las víctimas de la represión: yo mismo la vi distribuyendo agua a los manifestantes desde un coche de la Cruz Roja.

Todos aprendimos a reconocer su voz algo ronca que con calma y serenidad transmitía las necesidades de los manifestantes mientras llovían las balas y los gases. El 3 de noviembre, día sucesivo a la batalla de CU que vio la derrota ignominiosa de la PFP, me dijo: “en Radio Universidad, como antes en La Ley, Radio Plantón, Canal 9, la comunicación es como debe ser: de ida y vuelta, con teléfono abierto y conexiones vía internet para el extranjero. Si ahorita llega un señor y dice: quiero pasar un mensaje, pues señor pase y dé su mensaje. La gente viene y habla con sus palabras, con su pensamiento, pero además la gente es muy objetiva. A lo mejor no habla muy bien el español, pero sabe lo que quiere. Esto ya nadie la para”. [21]

Mucho se ha hablado de las barricadas y se ha visto ahí una prueba de la “violencia” ejercida por la APPO. La realidad es que las barricadas surgieron como medidas defensivas para contener los asesinatos de las caravanas de la muerte de URO. Hubo por lo menos 1500 de ellas, aunque nadie las contó todas y nunca sabremos su número a ciencia cierta. Claro que sus integrantes –en gran parte colonos–, experimentaron durante largas noches nuevas formas de sociabilidad y una verdadera fiesta colectiva.
El aspecto festivo sugiere, me parece, la única comparación pertinente con la Comuna de París, que, a su vez, fue definida la más grande fiesta del siglo XIX. Habría que añadir que la Comuna de Oaxaca quedó aislada igual que su ilustre predecesora: no hubo en México –ni tampoco fuera– grandes movilizaciones a favor de la APPO.

Habría que añadir que la gente de Oaxaca no habla de “comuna”, sino de “comunalidad”, término que remite a las experiencias indígenas locales. Como sea, es claro que los muchachos de las barricadas, los que sostuvieron los combates callejeros, no eran “profesionales” ni militantes en sentido tradicional. Eran puro pueblo –incluso niños de la calle como el que se observa en un video del colectivo Mal de ojo [22] –, gente que no sabía nada de guerrilla urbana y se capacitó al calor de los hechos.

¿Y ahora?
El gran movimiento social que sacudió a la sociedad oaxaqueña es uno de los acontecimientos más importantes de la historia reciente de México, algo que se puede comparar únicamente con la insurrección zapatista de 1994. La respuesta popular a los abusos de URO fue tan inesperada como masiva, creativa y esperanzadora. A la ecología del miedo los oaxaqueños respondieron con la ecología de la fiesta que es muy arraigada en la tradición local. Contra los delirios del poder, reafirmaron su derecho al tiranicidio no violento que se expresa en el lema: “ya cayó, Ulises ya cayó”.
La APPO es el resultado de un largo proceso de acumulación de experiencias históricas –de errores y de aciertos– que convergen en el objetivo común de democratizar las estructuras del poder. Aun cuando se vio que el contenido de esa democratización está en disputa, lo cierto es que fue el eje que aglutinó a un movimiento multiforme que no se puede entender a partir de los análisis tradicionales marxistas ni de corte sociológico.

“Lo que se esboza en Oaxaca se sitúa en la línea de continuidad de la Comuna de París y de las colectividades andaluzas, catalanas y aragonesas creadas durante la revolución española de 1936–1938, en las que la experiencia autogestiva sentó las bases de una nueva sociedad”, escribió Raoul Vaneigem en un llamado a la solidaridad internacional publicado en México por el diario La Jornada. [23]

Vaneigem tiene razón en el sentido de lo sucedido en Oaxaca en 2006 es esperanzador para todos los que buscamos alternativas a la barbarie imperante dentro y fuera de México. Sin embargo, también es verdad que la represión aniquiló aquellas mismas esperanzas. No evocaré aquí el calvario que vivió el pueblo de Oaxaca a partir del 27 de octubre de 2006, día en que fueron asesinados el periodista Brad Will en Santa Lucía del Camino y un número indeterminado de personas en Santa María Coyotepec.

La mejor fuente al respecto sigue siendo el citado informe de la CCIODH cuyas conclusiones rezan así: “la Comisión considera que los hechos ocurridos en Oaxaca son un eslabón de una estrategia jurídica, policíaca y militar, con componentes psicosociales y comunitarios cuyo objetivo último es lograr el control y amedrentamiento de la población civil en zonas donde se desarrollan procesos de organización ciudadana o movimientos de carácter social no partidista”. [24]

Participé en la experiencia y soy testigo de que esta conclusión no sólo es moderada, sino que, incluso, se queda corta ante la realidad. Si bien pudimos comprobar que hubo por lo menos 23 víctimas hasta la segunda quincena del mes de enero de 2007 (todas del lado del movimiento), no pudimos documentar el gran número de desaparecidos que hay desde el inicio del conflicto. ¿Por qué? Porque el terror es tal que la gente no se atrevió a denunciar la desaparición de sus allegados, ni siquiera ante una instancia tan confiable como la CCIODH.

Los desmanes de la fuerza pública no fueron “excesos”, ni “errores”, sino un frío experimento de ingeniería social en donde los poderes federales actuaron en coordinación con los locales. ¿Qué querían? Posiblemente medir cuánta represión aguanta un pueblo, sin que la situación se les escape. Bien lo expresa Armando Bartra: “prepararse para enfrentar masas enardecidas es suponer que van a aparecer”. [25]

En Oaxaca las masas aparecieron y, como en Centroamérica en los años 80, el propósito fue “quitarle el agua al pez” (según rezan los manuales de contrainsurgencia), sembrar el terror y mostrar al ciudadano común qué le puede pasar si se pasa de la raya. La inaudita pena de 67 años recientemente infligida a los dirigentes de Atenco, reos como sus hermanos oaxaqueños, del horrendo crimen de disidencia, arrojan una luz siniestra sobre el México calderonista.

¿Cuál es el balance de siete meses de contrainsurgencia? El estado de terror sigue, a pesar de las declaraciones oficiales en sentido contrario. Ante la paulatina retirada de las masas, callan las voces participativas de la pluralidad y los grupos de la vieja izquierda ganan espacios que antes no tenían. O, mejor dicho, los tenían algunos de sus dirigentes en cuanto participantes legítimos del movimiento, no en cuanto integrantes de tal o cual grupo.

Algunos de ellos trabajan día y noche para transformar la APPO en una organización política vertical de corte estalinista. Esto se vio, por ejemplo, en el Congreso Constitutivo de la APPO (10–12 de noviembre de 2006) o en la “Asamblea Popular de los Pueblos de México” –intento en gran parte fallido de “exportar” el modelo APPO– cuando un conocido exponente del “Frente Popular Revolucionario” (FPR) afirmó sin cortapisas que “el movimiento de Oaxaca es un movimiento de dirigentes”. [26]

A las pugnas tradicionales entre las viejas organizaciones que llevan a cuesta 30 años de derrotas, se sumó a partir de febrero de 2007 la división en torno al asunto electoral: participar o no en las elecciones locales que se celebrarían a finales de junio. Se formó, dentro la APPO, un bloque electoral (FPR, FALP, NIOax, etc.) que emprendió una batalla a muerte contra el bloque abstencionista (VOCAL, CODEP, CIPO, POS, etc.). A su vez, el bloque electoral se fracturó por los conflictos internos: quién iba a quedarse con qué candidatura y con qué partido.

A la postre nadie cosechó mucho pues, con su acostumbrada generosidad, el PRD les otorgó una sola candidatura. Los daños, en cambio, fueron incalculables. Uno es, muy probablemente, la detención de David Venegas –consejero de la APPO, elegido por el sector barricadas– integrante de VOCAL, libertario y abstencionista. El 13 de abril, David fue detenido mientras se dirigía a una reunión de la APPO, bajo el cargo fantasioso de poseer 30 gramos de cocaína y dos bolsas con heroína.

Semanas después, lanzó desde las cárcel graves acusaciones contra algunos conocidos dirigentes del bloque electoral a quienes adjudicó la responsabilidad de su captura. Sin entrar en el mérito de la cuestión, el hecho es que David fue detenido bajo la misma imputación que éstos habían circulado contra él, antes de su detención. [27] Hay más: en el mes de marzo, como parte de su contraofensiva, la policía había sembrado explosivos en las inmediaciones de lo que había sido la barricada de Brenamiel, acusación inmediatamente desmentida por el propio David en conferencia de prensa. [28]

Así las cosas, sería un ejercicio vano buscar las organizaciones puras, separar las “buenas” de las “malas” o las “revolucionarias” de las “reformistas”. Las líneas de división no pasan por las organizaciones, sino que las atraviesan. Incluso entre los estalinistas del FPR se encuentran compañer@ valios@s. Revitalizar el movimiento no es, tampoco, un asunto étnico. El aporte de los indígenas es fundamental, no cabe la menor duda, pero tampoco ellos son inmunes a la corrupción ni a la funesta seducción de la política profesional, como varios me lo han expresado personalmente.

David sugiere que “si el cauce que ofrece la APPO […] es estrecho y limitado, este pueblo heroico sabrá buscar y encontrar los caminos para su liberación.” [29] El diagnóstico es severo, mas no parece muy alejado de la realidad. Aun así, no todo está perdido. En Oaxaca, circula una pregunta: ¿cómo recrear el momento mágico que se vivió el año pasado? Sólo las mujeres y los hombres que participaron en el movimiento pueden encontrar la respuesta.

México, D.F., 10 de junio de 2007

[1] Citado en: Luís Arellano Mora, “Oaxaca: la pobreza en cifras”,
http://www.transicionoaxaca.com.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=42&Itemid=75
[2] Carlos Fazio, “¿Hacia un estado de excepción?” La Jornada, 4 de diciembre de 2006.
[3] La Jornada, 9 de junio de 2007. Véase los casos paradigmáticos de violación y asesinato de la anciana Ernestina Ascensión en la Sierra de Zongolica, Veracruz (La Jornada 27 de febrero) y la masacre de una familia de 5 personas en Sinaloa. culpable de “no haberse detenido en un retén” (La Jornada, 3 de junio).
[4] Véase: Comisión Civil Internacional de Observación por los Derechos Humanos (CCIODH), Informe sobre los hechos de Oaxaca, http://cciodh.pangea.org/quinta/informe_oaxaca_cas.shtml
[5] En México se llaman “mapaches’ no solamente los osos lavadores, sino también los operadores de los fraudes electorales que mediante la manipulación de los votos depositados en las urnas convierten una derrota en victoria, o anulan el triunfo de un partido, generalmente de la oposición.
[6] Entrevista con Ismael Sanmartín Hernández, director editorial de Noticias de Oaxaca, 29 de diciembre de 2006,
[7] Véase: mexico.indymedia.org/tiki–download_file.php?fileId=62
[8] Comisión Civil Internacional de Observación por los Derechos Humanos, Informe preliminar sobre los hechos de Atenco, 2006, http://cciodh.pangea.org/cuarta/informe_preliminar.htm
[9] Para esta rápida reconstrucción me basé en mis propias entrevistas, en el Informe sobre Oaxaca, op. cit. y en la narración de Gustavo Esteva en ocasión de la “Reunión de análisis sobre el movimiento social en Oaxaca. Diálogo entre miembros de organismos civiles e instituciones académicas de Oaxaca y la Ciudad de México”, Universidad de la Tierra, Oaxaca, 18 de marzo de 2007.
[10] La Jornada, 19 de junio de 2006.
[11] Entrevista a Miguel Linares Rivera, realizada por Hernán Ouviña, Ciudad de México, 29 de octubre de 2006, http://www.espacioalternativo.org/node/1731
[12] Entrevista con Gustavo Esteva, Universidad de la Tierra, Oaxaca, 3 de noviembre de 2006
[13] David Venegas Reyes, “Alebrije”, carta desde Ixcotel, 23 de abril de 2007, http://chiapas.indymedia.org/display.php3?article_id=144954
[14] Entrevista con Nicéforo Urbieta, 3 de mayo de 2007.
[15] David Venegas, carta citada.
[16] En las comunidades indígenas, los “topiles” son elegidos en asamblea y ejercen gratuitamente la justicia por medio del bastón de mando y sin necesidad de portar armas.
[17] Esto motivó las airadas críticas de un grupo anarquista que vio en la APPO un movimiento de la pequeña burguesía (¡!). Véase: “Oaxaca: APPO y el reformismo de siempre”, http://argentina.indymedia.org/news/2006/11/463625.php
[18] Miguel Linares Rivera, entrevista citada.
[19] Entrevista con Flavio Sosa, 4 de noviembre de 2006.
[20] G. Esteva, entrevista citada.
[21] Entrevista con la doctora Berta Muñoz, Oaxaca, Ciudad Universitaria, 3 de noviembre de 2006.
[22] Este colectivo ha realizado una magnifica labor de recopilación de los sucesos de Oaxaca. Véase: http://video.indymedia.org/en/2006/11/555.shtml
[23] Raoul Vaneigem, “Llamado de un partisano de la autonomía individual y colectiva”, La Jornada, 11 de noviembre de 2006.
[24] CCIODH, “Conclusiones y recomendaciones preliminares” http://cciodh.pangea.org/quinta/070120_inf_conclusiones_recomendaciones_cas.shtml.
[25] Armando Bartra, “El tamaño de los retos”, La Guillotina No. 56, primavera de 2007.
[26] 11–12 de noviembre de 2006, local del SITUAM, México, DF.
[27] David Venegas, carta del 15 de mayo de 2007,
http://www.vocal.lunasexta.org/davidvenegas/carta–de–david–15–de–mayo.html
[28] La Jornada, 14 de abril de 2007.
[29] David Venegas, 23 de abril, carta citada.

Los elementos antisistémicos - GUSTAVO CASTRO SOTO

Los elementos antisistémicos

Por Gustavo Castro Soto *
http://www.ecoportal.net/content/view/full/71696

Muchas expresiones se revelan frente al Sistema Capitalista que hoy nos domina y en contra sus consecuencias destructivas. Pero también otros mundos en diversas partes de nuestro planeta se han logrado mantener por décadas o siglos, resistiendo, a veces silenciosos, a veces moribundos, a veces sobreviviendo, a veces resucitando. Necesitamos rescatar estos otros mundos que dan esperanzas de que se pueda vivir sin el capitalismo.

La situación de pobreza, miseria, hambre, migración, feminicidios, guerras, cambio climático y destrucción medioambiental, entre otros indicadores graves que se van agudizando y que vivimos en nuestro planeta, fruto del sistema que actualmente impera, nos hace pensar que otros mundos son posibles. Que deben existir otras alternativas donde todos los mundos quepan, donde la humanidad pueda vivir en plenitud, dignidad y felicidad.

Muchas expresiones se revelan frente al Sistema Capitalista que hoy nos domina y en contra sus consecuencias destructivas. Pero también otros mundos en diversas partes de nuestro planeta se han logrado mantener por décadas o siglos, resistiendo, a veces silenciosos, a veces moribundos, a veces sobreviviendo, a veces resucitando. Necesitamos rescatar estos otros mundos que dan esperanzas de que se pueda vivir sin el capitalismo. Pero también necesitamos rescatar las diversas expresiones que se revelan contra este sistema y que quieren asomar otros mundos posibles y alternativos.

Pero, ¿qué significa que algo o alguien sea anti sistémico? Para ello debemos descubrir y ser conscientes de lo que es el Sistema Capitalista. Y luego sabremos quién es anti sistémico, qué es anti sistémico, quién genera una experiencia anti sistémica.

¿Qué es el Capitalismo? Es un sistema político, social, militar y económico donde predomina la propiedad privada y el capital como elemento de producción y generador de riqueza. Entre sus elementos teóricos está el interés propio y la libertad de las empresas (a buscar la mayor acumulación del capital), del trabajador (a buscar el mayor salario) y del consumidor (a buscar el mejor precio). La competencia se da entre las ofertas, las demandas y entre ambos que en el mercado regula los precios de los bienes y servicios. El capitalismo tiene contradicciones inherentes que provocan crisis cíclicas. Durante la historia ha tenido diversos modelos o formas de estar previos a procesos de transición modélica. Su lógica intrínseca de acumulación del capital lo lleva a su propia destrucción. Lejos de agotar el tema, podemos hacer un breve recuento de los modos o modelos que ha tenido este sistema.

Modelo Liberal (1840-1945) Resaltó la libertad individual, de empresa, de comercio, de decidir qué y cómo producir, de competencia y el derecho la propiedad privada garantizada por el Estado. El capitalismo industrial se impulsó con el invento de la máquina y su incorporación a la producción. El liberalismo rechazó el mercantilismo (el Estado controlador del quehacer económico de una nación) y que el Estado no impusiera límites a la forma y cantidad de obtener ganancias sino que generara condiciones (infraestructura) que permitan a los empresarios privados obtener mayores ganancias. La economía estaría regida por una ‘mano invisible’ donde la libre competencia y el movimiento de la oferta y la demanda regularían la economía. El liberalismo significó mayor explotación para los trabajadores. Su antítesis: el marxismo. Este modelo entra en crisis con la I y II Guerra Mundial (1914-1945).

Modelo Estado de Bienestar (1945-1970) Se justifica luego de la II Guerra Mundial. El Estado tendría que salvar la economía y generar bienestar en la población. Su agenda y sustento ideológico: la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Cada país debía sustituir las importaciones ante la debacle de la economía mundial. Bajo las premisas de Keynes (1883-1946) surge en Bretton Woods el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) para fortalecer el papel del estado en las economías nacionales. EE.UU. institucionaliza su hegemonía económica, política, militar y comercial. La Deuda Externa de los países pobres creció hasta que su crisis generó otra transición en la década de los 70.

Modelo Neoliberal (1970-2000) Una vez construido el aparato del Estado, sus economías e infraestructura, y bajo la presión de la deuda externa generada por las Instituciones Financieras internacionales (IFI’s) hacia los países pobres y en vías de desarrollo, el gran capital transnacional se lanza por el control de la economía. El Estado debe reducirse y abrirse nuevamente al liberalismo económico que fortalece la acumulación endógena del capitalismo con pobres cada vez más pobres y pocos ricos cada vez más ricos. El Estado interviene para incrementar la inversión y la demanda evitando las crisis cíclicas. Sólo se encargaría del ordenamiento jurídico que garantice ciertas libertades civiles, el control de la seguridad interna por medio de las fuerzas armadas en conjunto con la policía, la implantación de políticas indispensables para el funcionamiento de los mercados y el respeto de la propiedad privada. En la década de los ’90 entra en crisis para dar pie al siguiente modelo.

Modelo Corporación-Nación (2000-?) La mercantilización de todo cuanto existe en el planeta bajo la propiedad privada por parte de las grandes Corporaciones Trasnacionales se empieza a cohesionar a partir del Siglo XXI. Entre las características están: monopolización; adquisición y fusión entre sectores; cuentan con sus propias políticas laborales, salariales y de salud por encima de los gobiernos nacionales; mantienen relaciones diplomáticas con gobiernos; tienen a sus directivos en las estructuras del estado que velan por sus intereses; desarrollan sus propios valores, identidad, cultura, clubes, asociaciones familiares, símbolos e himnos que transmiten sus formas de pensar y vivir. Mueven sus capitales, insumos, técnicos y especialistas sin obstáculos en las fronteras. Cuentan con su propia seguridad, policía privada, infraestructura, plantas de energía eléctrica y territorio controlado. Elaboran las reglas comerciales en los TLC y conforman sus propios tribunales internacionales para defender sus intereses por encima de los intereses de los países. Cuentan con más presupuesto que naciones del planeta y garantizan un seguro a sus inversiones. Han plagiado el lenguaje de los derechos humanos para incorporarlos en la defensa de sus intereses. Al control de sus mercancías por otros gobiernos le llaman discriminación y al bloqueo de las del sur “protección de sus intereses”; a los subsidios a otros le llaman “competencia desleal” mientras a ellas se les aumentan; al impedimento de inversiones ecológicamente dañinas le llaman violación a la “libertad de inversión”. Se están adueñando de los recursos estratégicos de otros países como el petróleo y otros recursos mineros, el agua, el gas, la madera, biodiversidad y el material genético, el oxígeno, el mar, el espacio aéreo y la tierra. Para ellas el papel de los gobiernos es velar por sus intereses.

El Circuito. El Sistema Capitalista implementa el circuito que acelera la acumulación del capital en grandes monopolios privados. Tiene 7 Elementos: 1) Sujeto Principal (Corporaciones Trasnacionales y el gran Capital Financiero) quien se beneficia y a quien va dirigida la acumulación de la riqueza. 2) Aliados principales que son los gobiernos más poderosos (G-7) quienes a su vez utilizan un 3) Instrumento fundamental (IFI’s) para generar un 4) Mecanismo de control y dependencia (Deuda Externa) que obligue a los países pobres a implementar 5) Políticas (Políticas de Ajuste Estructural PAE) que garanticen tal acumulación. Este proceso se da en torno a diversos 6) Escenarios de imposición que legalizan dicha explotación bajo una 7) Correlación de Fuerzas favorable (OMC, Foro Económico de Davos, TLC’s, ALCA, APEC, PPP, IIRSA, etc.). Este proyecto económico va acompañado de una estructura militar que lo garantice ante la evidente falta de consenso mundial.

La crisis del capitalismo.

La crisis mundial del capitalismo se agudiza al iniciar el Siglo XXI y se prepara el mundo a transitar hacia otro sistema mundial. Los indicadores de esta crisis son económicos, políticos, sociales y medioambientales: crisis de las supuestas democracias al servicio del gran capital trasnacional; estancamiento económico y estanflación; agudización y ampliación de la pobreza, el hambre y las muertes; acumulación de la riqueza en pocas manos; aumento de las movilizaciones de protestas mundiales y represión; impacto medioambiental con este sistema que hace insustentable la vida planetaria.

El Sistema Capitalista tuvo un principio y tendrá un fin. El principio del ‘movimiento’ invade no sólo la vida biológica sino política y social lo que impide que nada se mantenga estático sino que la vida fluya. Esto significa que no hemos llegado al fin de la historia ni que un sistema o modelo del sistema definitivo y perenne.

Entre los elementos claves inherentes, intrínsecos y sin los cuales el sistema capitalista no podría funcionar, encontramos:

1) Competencia. Cultura, discurso y práctica que alimenta el encono y la frustración; el ganador y el perdedor. Esta “selección natural capitalista” provoca que unos cuantos ganadores sean los premiados por los beneficios del sistema.

2) Acumulación de capital. El sistema capitalista genera sus propios patrones de acumulación así como una estructura que garantice este proceso. Bancos, leyes, intereses, apropiación de excedentes, etc., propician esta acumulación.

3) Homogenización. Para el capitalismo es necesario que los patrones de acumulación estén cimentados en reglas, normas y estandarización política, económica y cultural que favorezca y facilite la acumulación.

4) Relación patrón-obrero. Un solo dueño y trabajadores que no son dueños de los medios para producir sino sólo de su mano de obra.

5) Patriarcal. El capitalismo no puede subsistir sin la relación de dominio de género, del hombre sobre la mujer explotada por medio de la feminización del capital que garantice la acumulación.

6) Especulación. La acumulación del capital se finca en la especulación más que en producir lo que la vida digna necesita para ser feliz.

7) Antidemocracia. El capitalismo responde a la lucha de intereses de unos cuantos que se van imponiendo sobre los intereses de las mayorías.

8) Endeuda. Como principio básico de la acumulación y la dependencia, el capitalismo es intrínsecamente endeudante.

9) Empobrecimiento. La competencia genera perdedores que no tienen acceso al capital y cuya tendencia es al incremento de la acumulación en pocas manos y la generación de grandes masas de perdedores.

10) Racismo. El capitalismo es intrínsecamente racista que busca el poder de los privilegios de unos sobre otros.

11) Ecocidio. El capitalismo conlleva a la destrucción del medio ambiente por el consumismo desmedido de materia prima hacia la apropiación y acumulación de la riqueza.

12) Monopolio. Consecuencia ingobernable de la competencia salvaje y de la eliminación del adversario económico.

13) Explotación. No hay acumulación del capital sin la explotación sin distribución de los beneficios del supuesto desarrollo entre ricos y pobres; norte y sur; norte global y sur global.

14) Consumismo. Predomina el consumo por el consumo en una carrera sin fin y sin medir las necesidades reales. El consumo desmedido de lo que se produce independientemente de su necesidad genera la acumulación de la riqueza.

15) Privado. La apropiación del capital financiero, humano, social, político y medioambiental, se cimienta sobre la propiedad privada frente a los público y social.

16) Dependencia. La acumulación del capital se finca sobre la dependencia de unos sobre otros en términos políticos, sociales, culturales, económicos y medioambientales. Estos dos polos que no pueden vivir uno sin el otro, su tendencia es a ir aumentando la distancia entre ellos.

17) Guerra. La imposición bélica del sistema es una modalidad inherente ya que siempre se encontrará con expresiones de inconformidad y falta de consenso durante el proceso de acumulación.

Elementos anti sistémicos de otros mundos.

Cuando hablamos de una experiencia anti sistémica nos referimos al discurso y práctica unidos en un individuo o colectivo social con características distintas o diametralmente opuestas a las que alimenta al sistema capitalista.

Las expresiones y experiencias anti sistémicas siempre han existido. Unas con mayor o menor impacto, con mayor o menor presencia social, con mayor tiempo o menor de duración histórica. Sin embargo, ellas no lograron conformar un sistema hegemónico que globalice las reglas de vida de toda la humanidad, como lo ha hecho el sistema capitalista porque no son su esencia sino la diversidad. Curiosamente otros mundos subsistentes no capitalistas se encuentran entre diversas culturas indígenas del mundo, y las alternativas antisistémicas emergentes se dan por lo general en las zonas rurales o entre la población excluida de los supuestos beneficios del sistema dominante actual. Los que reciben algún beneficio cuidan que ese interés se mantenga, se perpetúe y mejore, por lo que es difícil encontrar expresiones anti sistémicas entre este sector de la población, sino más bien expresiones reformistas o de argumentos de “humanización” del capitalismo, de capital humano, etc.

Otros mundos no capitalistas subsistentes y las alternativas anti sistémicas emergentes tendrán que experimentar varias de estas características. Mientras más características experimenten más antisistémica será y por tanto más dibuja una alternativa al capitalismo:

1) Participación. Contraria a la competencia capitalista la población participa de manera activa y creativa para construir su mundo sin el detrimento de que otros queden rezagados en el camino.

2) Distribución. Contraria a la acumulación. Este mundo reparte lo que sobra, los excedentes. Nadie acumula y el valor de compartir sobresale y se contrapone al valor del acumular. El rico no tiene cabida en este sistema-mundo. Los bienes alcanzan para todos: agua, tierra, alimentos, etc.

3) Diversidad. Contrario a la homogeneización la diversidad complementa y enriquece; la diversidad biológica y cultural alimenta los mundos; la diversidad une y no separa.

4) Colectividad. Contrario a la relación dueño y desposeído, el proyecto mundo es de la colectividad. No hay patrón. Hay iguales.

5) Perspectiva de género. Contrario al sistema patriarcal, es una visión científica, analítica y política sobre las mujeres y los hombres. Elimina las causas de la opresión de género (desigualdad, la injusticia y la jerarquización de las personas basada en el género). Promueve la igualdad entre los géneros a través de la equidad, el adelanto y el bienestar de las mujeres; contribuye a construir una sociedad en donde las mujeres y los hombres tengan el mismo valor, la igualdad de derechos y oportunidades para acceder a los recursos económicos y a la representación política y social en los ámbitos de toma de decisiones.

6) Necesidades. A diferencia de la especulación, las necesidades reales marcan la producción y reproducción de la vida.

7) Democracia. Sin totalitarismos, imposiciones o decretos para imponer voluntades de pocos, la participación informada y activa construye futuro y dignidad.

8) Solidaridad. No hay deudas que pagar, hay solidaridad que expresar.

9) Para todos todo. A diferencia del empobrecimiento de la mayoría y enriquecimiento de muchos, la riqueza material, cultural y de cualquier tipo alcanza para todos y todas; es de todos y todas.

10) Igualdad. A diferencia del racismo y los privilegios que genera, se expresa y se vive las relaciones de igualdad en derechos pero también en obligaciones colectivas.

11) Ecológico. Contrario al ecocidio, respeta la naturaleza y vive en armonía con ella.
Hace uso razonable y sustentable.

12) Soberanía. Contrario al control monopólico sobre los bienes, la capacidad de definir por sí mismo el rumbo y el camino que se quiere tomar para vivir en plenitud.

13) Equidad. A diferencia de la explotación, las relaciones ni el bienestar de unos es a costa del sufrimiento, el hambre y la pobreza de otros.

14) Justeza. Sin necesidad de generar necesidades artificiales que consuman desproporcionadamente el sistema, se usa lo que se necesita con justeza.

15) Público. No convierte todo lo que ve y encuentra en propiedad privada, sino que garantiza el beneficio de todos y todas.

16) Autonomía. Sin dependencia parasitaria sino unidad en la diversidad de visiones y modos propios de autogestión y en libertad.

17) Paz. Contraria a la guerra que alimenta la vida y la economía, es la diversidad, la autonomía, la soberanía como sinónimos de paz, que no se entiende como la mera ausencia de balas o conflictos armados o la mera pacificación mientras sigue existiendo el hambre y la violencia institucionalizada, sino la paz con justicia, equidad y felicidad para todos y todas.

18) Nuevo lenguaje. Una nueva forma de llamarle a las cosas en el nuevo sistemamundo que no repita o solo reformule la conceptualización capitalista.

19) Visión política. Clara conciencia de querer vivir y expresar otros mundos diferentes al capitalismo.

20) Derechos Humanos. Donde toda persona humana, su felicidad y su plenitud, sea el objetivo central del proyecto político. No como una dádiva o regalo, sino como los elementos esenciales para poder vivir esa plenitud. No como un mero derecho, sino también como una obligación que liga con la sociedad.

La falta de total coherencia en la aplicación de estas características no invalida la experiencia anti sistémica. Estamos en el entendido de que es un proceso la construcción de alternativas para que otros mundos sean posibles. Por ello no se puede vivir una mutación genética sociopolítica de manera inmediata, espontánea y radicalmente distinta al sistema hegemónico capitalista, sino como parte de un desprendimiento de la vieja piel para cubrirse de otra alternativa. Esta transición implica por tanto incoherencias, contradicciones, pero con una direccionalidad por medio del desprendimiento para dar origen y parir otros mundos. www.ecoportal.net

Otros Mundos, A.C./Chiapas, México
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15 de Julio de 2007