Villa de Allende, Mex., 25 sep.- Unas 60 mujeres mazahuas de este municipio determinaron conformarse como una organización castrense y se denominaron Ejército Zapatista de Mujeres por la Defensa del Agua; de inmediato construyeron su primer cuartel ante las puertas de la planta potabilizadora Los Berros del Sistema Cutzamala.
Como si se prepararan para la guerra, las indígenas efectuaron una demostración de sus “tácticas militares” y marcharon armadas con rifles de madera, palos y machetes en las inmediaciones de la planta potabilizadora, donde se encuentran atrincheradas desde el 15 de septiembre.
Las mujeres, que desde hace cinco días tomaron el mando del movimiento de ejidatarios que demanda a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) el pago de una indemnización de 2 millones de pesos derivado de los daños causados en 300 hectáreas de cultivo por un derrame de la presa Villa Victoria, en septiembre pasado, afirmaron que tras un año de espera ahora recurrirán a las armas para lograr no solamente el resarcimiento de los daños, “sino que las autoridades implementen una política integral hidráulica”, que incluya a sus comunidades.
Y es que desde principios de la década de los 80, cuando entró en operaciones el Sistema Cutzamala, que se encarga de extraer agua de la región para destinarla al consumo de millones de personas en el Distrito Federal y su zona conurbada, los campesinos de Villa de Allende, de origen mazahua, han sido olvidados por las autoridades y despojados de sus tierras y del agua “que ancestralmente nos pertenece”, dicen.
Además de la indemnización, los inconformes pretenden recuperar 34 hectáreas del ejido San Isidro que presuntamente formarían parte del Sistema Cutzamala, pero que a la fecha no han sido aprovechadas por la Conagua. Exigen la introducción de redes hidráulicas en ocho ejidos del municipio que carecen de agua potable, a pesar de que sus ríos alimentan el Sistema Cutzamala, pero sobre todo que apliquen una política integral hidráulica que frene la explotación de sus recursos y garantice el cuidado del líquido.
El Ejército Zapatista de Mujeres por la Defensa del Agua cuenta con seis comandantas, encabezadas por Victoria Martínez, y sus armas son viejas escopetas de madera, azadones, palos y piedras “que estamos decididas a utilizar si persiste el engaño de la Conagua”.
Este sábado, las mujeres dieron una demostración de lo que pueden hacer si persiste la “inmovilidad de las autoridades” para darles respuesta a sus demandas. Ayudadas por un aspersor lleno de gasolina, que generalmente utilizan sus maridos para fumigar, prendieron fuego a un maniquí de madera y paja, ataviado con el uniforme que portan los trabajadores de la planta potabilizadora de Berros.
“Ya vimos que por el camino del diálogo nada logramos y sólo les tomaron el pelo a los hombres. Ahora nos toca a nosotras y demostraremos que con las mazahuas no se juega. Podemos levantarnos en armas y luchar por lo que es nuestro. Sabemos a lo que nos exponemos, pero estamos decididas a dar la vida si fuera necesario”, afirmó Victoria Martínez Arriaga, una de las seis comandantas.
A pesar de las protestas de los mazahuas, la planta potabilizadora de Berros sigue operando con normalidad y resguardada por el Ejército Mexicano, por ser considerada un bien de seguridad nacional.
Después de marchar este sábado en filas de seis, la comandanta Rosalba Crisóstomo Maldonado leyó un comunicado dirigido al gobierno federal en el que le advierten que su lucha es por sus hijos y que por ellos están dispuestas a dar la vida.
Las dirigentes advirtieron que iniciaron la búsqueda de armas y explosivos verdaderos para tomar la planta de Los Berros en caso de que sus demandas no sean atendidas en el corto plazo.
A falta de mejores pertrechos hicieron una demostración de cómo hasta los utensilios de la-branza pueden transformarse en instrumentos de lucha. Los aspersores para insecticida, por ejemplo, pueden ser utilizados como lanzallamas, lo cual demostraron a quien quiso verlas.
“Posiblemente nos tengan que enseñar a manejar rifles y armas que por el momento no tenemos, pero para los aspersores, los machetes y lanzar piedras nos pintamos solas”, aseguró Iris, la comandanta más joven de todas, la encargada de las armas.
constituyen su Ejército las mazahuas del Cutzamala
Las mujeres mazahuas decidieron protestar de forma distinta a como lo habían estado haciendo los hombres: con escopetas oxidadas y machetes en mano mantienen acordonada desde hace dos semanas la planta potabilizadora de Berros del sistema Cutzamala.
Decidieron además constituir el Ejército de Mujeres Zapatistas en Defensa del Agua para demostrar que por la falta de agua la población campesina que vivía de lo que producía el campo, ha tenido que dedicarse a otra actividad para sobrevivir o de plano emigrar porque las comunidades de donde se extrae el agua viven en pobreza extrema.
De acuerdo con el periódico La Jornada las mujeres enviaron una carta al titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (SDN), Gerardo Clemente Vega García, para solicitarle una audiencia en el día y hora que indique, con el objeto de tratar asuntos relacionados con la seguridad nacional y plantear las razones y motivos que dieron origen a su lucha.
Victoria Martínez, comandanta en jefe del Frente, reveló que las mujeres decidieron enviarla al secretario de la SDN, para explicarle por qué han tomado las armas y están dispuestas a inmolarse si no son atendidas.
Las mujeres indígenas denunciaron que por el mal manejo de los recursos acuáticos en el país, muchas comunidades de donde se extrae el agua que consumen las grandes ciudades se encuentran en la pobreza extrema.
Parte del conflicto se remonta a que en octubre del año pasado 30 hectáreas del poblado El Salitre fueron inundadas por aguas de la presa Villa Victoria, estado de México, lo que afectó a los productores de la zona, que perdieron sus cultivos. El hecho hizo que residentes de ocho comunidades mazahuas se unieran, pues sufren por la falta del vital líquido desde hace más de dos décadas.
Asimismo, en muchas zonas las tierras cultivables se han erosionado por la falta de agua y se han extinguido diferentes especies de flora y fauna que dependían del vital líquido que existía en diferentes lugares del sur del estado.
Así, desde enero de este año, mujeres y hombres mazahuas del sur del estado de México conformaron un frente común para reclamarle al gobierno federal el pago de los daños ocasionados a más de 10 mil campesinos por la operación del sistema Cutzamala desde hace 22 años.
Entre sus demandas está el pago de daños ocasionados a las tierras de cultivo por el desbordamiento de la presa Villa Victoria; dotar de agua a las comunidades que carecen del servicio; aplicar un proyecto de desarrollo sustentable para la región y la restitución de sus tierras.
La información periodística señaló que 10 de las 25 comandantas del Ejército, aseguran que con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional sólo los une el nombre y las causas de la lucha, aunque las Mujeres Zapatistas Mazahuas no descartaron aceptar apoyo del movimiento armado del sureste.