¿Por qué el Diplomado de Investigadores Descalzos?

El movimiento social en Oaxaca cuya expresión más visible se dio en el año de 2006 conllevó una masiva organización social que nadie pudo prever. Desde diversas teorías se ha intentado interpretar este movimiento de movimientos. Consideramos necesario contribuir a entender esta diversidad de reflexiones y, sobre todo, a investigar más a fondo sobre la propuesta de asamblea que ha servido como punto de encuentro a las diversas expresiones sociales y políticas que se han reunido en el seno este movimiento.

El movimiento de los pueblos de Oaxaca encontró en el método de asamblea -para muchos en el nombre de la APPO- su forma natural de organizarse para luchar y vencer, esto ha sido consecuencia natural de la experiencia asambleísta que prevalece en la mayor parte de los sectores de nuestra sociedad, como las colonias y los sindicatos obreros pero, sobre todo, en donde la experiencia es más radical y profunda: en las comunidades de los pueblos indios.

Creemos que debemos limpiar nuestras miradas para examinar con rigor lo que somos y para conocer las características más significativas de nuestros movimientos y de los caminos que creemos necesarios recorrer para crear otra sociedad. Necesitamos dar forma a los nuevos planteamientos teóricos y políticos que coinciden con los desafíos actuales. Y para esto nos proponemos:

Propósitos
· Realizar una reflexión sistemática sobre la situación económica, social y política de Oaxaca, con perspectiva nacional y mundial, con énfasis en los movimientos sociales autónomos; es decir los que luchan desde la base para transformar la sociedad sin la toma del poder del estado. O que van más allá del poder de arriba.
· Discutir, analizar conjuntamente diversas propuestas de transformación.
· Explorar la naturaleza y características de los modos comunales y conviviales de vida (campo-ciudad) en el contexto oaxaqueño.
· Animar a la construcción de consensos para acciones conjuntas. Unidad en la diversidad.
· Contribuir al debate público de los temas asociados con la transformación profunda de Oaxaca.

Medios
1. Organizar un esfuerzo de investigación sistemática, basado en el acopio de información y la documentación en la base social, principalmente en pueblos, colonias, barrios y comunidades del estado de Oaxaca, realizándolo en el marco de las interacciones con las organizaciones sociales y espacios y sectores de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, (APPO) y del movimiento social en general que se visibilizo a mediados del 2006.
2. Organizar durante dos semestres, sesiones quincenales de reflexión, de 5 horas cada una, con la participación de activistas sociales, académicos comprometidos, dirigentes sociales y autoridades tradicionales, entre otros. Dichas sesiones tendrán forma de diplomado, a realizarse a partir del domingo 10 de agosto, a las 11 am.
3. Hacer públicos los diversos planteamientos a través de todos los medios posibles, auditivos, visuales e impresos.

Resultados esperados
· Caracterización y documentación, desde la base social, de los movimientos sociales en Oaxaca.
· Identificación de sus principales tendencias y propuestas.
· Acopio y publicación de iniciativas de transformación.
· Participación en el debate público para la construcción autónoma.
· Diseminación y publicación por medio de audios, videos e impresos de las iniciativas desde la base y las problemáticas existentes para su aplicación concreta.
· Contribuir a la construcción de iniciativas autónomas desde la base social.

PROGRAMA DEL DIPLOMADO DE INVESTIGADORES DESCALZOS

Tendremos sesiones de discusión y reflexión cada 15 días durante un año con distintas autoridades indígenas, activistas sociales e intelectuales comprometidos.

Dichas sesiones se complementaran con talleres teórico-prácticos. Los cuales se agendarán conjuntamente con los participantes.

TEMAS PRINCIPALES

· Introducción al contexto Oaxaqueño- (10 de agosto)
- Ponencia, “Autonomía y comunalidad en Oaxaca” impartida por Benjamín Maldonado, antropólogo y estudioso del magonismo en México.

· Presentación de participantes en el diplomado y acuerdos de logística y organización (23 o 24 de agosto)

· El método de reflexión en la acción. Cuestiones teóricas y prácticas. - Gustavo Esteva (6-7 septiembre)

· Experiencias Oaxaqueñas
- La COCEI-1974-1987, ODRENASIJ en la Sierra Norte, ASAM en la Mixe, La sección 22 del magisterio, El municipio Autónomo de San Juan Copala, entre otros.

· El contexto oaxaqueño.

· Naturaleza y características de la APPO y los movimientos sociales.

· El contexto nacional. Naturaleza de la crisis política y las opciones de resolución.
- El zapatismo
- Experiencias de luchas por la autonomía en México: Los caracoles zapatistas, La policía comunitaria de Guerrero, La cooperativa de Euzkadi, El Congreso Nacional Indígena, El ejercito de Mujeres Mazahuas.
- La otra campaña
- El movimiento lopezobradorista
- Otros.

· El contexto mundial.
-La crisis del imperio y del modelo neoliberal.
- La desglobalización y los movimientos antisistémicos.
- La guerra mundial del capital.
- Perspectivas.

· Experiencias latinoamericanas
- Experiencias de autonomía y poder popular en América Latina: MST de Brasil, Piqueteros de Argentina, CONAIE en Ecuador, Bolivia y las luchas desde las bases, La experiencia de autonomía de la costa atlántica de Nicaragua.

· Las luchas democráticas actuales: formal, participativa, radical.

· Las opciones políticas:
- Reformas del régimen político actual
- Ajustes en las políticas actuales
- Nuevo modelo de política económica y social
- Reformas legales e institucionales
- Nuevo régimen político
- Variantes social-demócratas del capitalismo
- Variantes socialistas
- Variantes más allá del capitalismo y el socialismo

· La perspectiva indígena y el pluralismo radical.

· Naturaleza y características de la fuerza constituyente y su asamblea.

· El significado actual de la autonomía y la construcción horizontal de la sociedad.

· La crítica de las ideologías e instituciones como práctica radical de transformación.


SESIONES FECHAS POR DEFINIR

· Experiencias históricas en México
- Revoluciones interrumpidas en México: La independencia y la revolución mexicana.
- El movimiento del 68

· Otras Experiencias históricas
- Experiencias históricas de revoluciones sociales en Europa: La guerra civil española y la comuna de parís.
- Guerrillas latinoamericanas


TALLERES

*.- Periodismo comunitario.

*.- Edición de video.

*.- Sistematización de bancos de información

*.- Geopolítica

*.- Formación de consensos

*.- Diseño Grafico por computadora, ( Revistas, periodicos, fanzine, etc)

*.- Producción radiofónica

*.- Serigrafía

*.- Encuadernación

TALLER PERMANENTE. Durante todo el año estaremos explorando la investigación descalza con las herramientas metodológicas teórico-practicas de la reflexión en la acción.

Nota importante: En estos momentos nos encontramos confirmando a los ponentes y ajustando las fechas a sus posibilidades de estar presentes. Algunas participaciones serán a través de videoconferencias o de documentales. La mayoría de ponentes participarán físicamente o iremos a sus comunidades. Entre los invitados y posibles asistentes tenemos contemplados distintos investigadores, activistas, intelectuales y/o autoridades comunitarias de Oaxaca, México, América Latina y Europa.

13/9/08

Nota introductoria - RAÚL ZIBECHI


Los artículos y trabajos que aparecen en este libro, son el resultado de unos cuantos años dedicados a recorrer espacios y territorios donde habitantes del sótano de nuestro continente, intentan convertir sus modos de subsistencia en alternativas al capitalismo y al colonialismo. Casi dos décadas en las que pude compartir con movimientos de los sectores populares, índigenas, sin tierra, sin techo, sin trabajo, sin derechos… He aprendido muchas cosas gracias a la generosidad de mujeres, niñas y niños, varones jóvenes y no tanto, a quienes les agradezco de corazón el tiempo, el cariño y la paciencia para hacerme comprender, con los argumentos de la razón y de los afectos, algunos de sus sueños, deseos y esperanzas.

Nunca podré saldar las múltiples deudas que contraje en esta andadura. Como consuelo, diré que los textos en los que intento dar cuenta de lo que pude ver, sentir y convivir, no están destinados a un público especializado, ni forman parte de un proyecto académico, insitucional o periodístico, sino que pretenden contribuir, desde abajo y junto a otros militantes, tanto a las resistencias como a la conformación de mundos otros. No es gran cosa, ya que la contribución individual, aún participando en proyectos colectivos, es apenas un soplo en el vendaval que los de abajo ensayan y preparan para barrer la opresión de las prácticas cotidianas.

En más de una ocasión surge la pregunta, las más de las veces formulada por especialistas, si no se le concede demasiada importancia a las “micropolíticas” de los de abajo, a las prácticas ordinarias de hombres y mujeres comunes que, por tanto, no son ni heroicas ni están revestidas de la menor trascendencia, más allá de la que ellas y ellos mismos le dan, enterradas como están en una cotidianeidad gris, repetitiva, inercial. ¿Qué interés pueden tener, por ejemplo, los comedores populares donde la mujeres pobres peruanas se reúnen diariamente para cocinar la comida de sus hijos, de sus vecinos, de sus iguales? ¿No son, acaso, formas de asistencialismo los miles de emprendimientos con los que los desocupados, los sin tierra y sin techo buscan paliar el hambre, curar sus llagas y poner en común los saberes que van descubriendo?

En este punto, no tengo la menor duda: si la revolución como práctica emancipatoria es posible, si tiene algún asidero, brota irremediablemente de y en la vida cotidiana de los de abajo. Es allí, en esa supuesta grisura de la cotidianeidad, donde debemos descubrir las potencias que encarnan esas prácticas que las izquierdas del sistema desprecian y los de arriba pretenden cooptar. No quisiera dejar de lado los límites evidentes que manifiestan muchas de estas prácticas, no sólo por la intromisión y manipulación de agencias de cooperación y organizaciones no gubernamentales, sino por los límites que esas mismas actividades presentan si no son capaces de ir más allá de lo que existe, de superar las anteojeras del localismo, de voltear rutinas y desbordar las dependencias que a menudo genera la pobreza.

Es cierto, por tanto, que las prácticas de sobrevivencia colectiva de los abajo no siempre forman parte del contingente de luchas emancipatorias. Sin embargo, sin aquellas, éstas no serían posibles. Creo que algo de eso nos muestra la historia del zapatismo, y admito que es posible que no haya entendido nada de esa historia. Como la relata el subcomandante insurgente Marcos, fueron las propias comunidades en diálogo con los rebeldes, las que le dieron forma y vida a lo que es hoy el zapatismo. El sujeto no es la teoría revolucionaria, ni los dirigentes, ni el aparato armado o el partido, sino las comunidades en rebeldía, las comunidades que dan vida a los municipios autónomos, las mismas comunidades que cincelan un ejército, “su” ejército, las que moldean formas nuevas poder, las juntas de buen gobierno, los caracoles…

Es casi seguro que no lo habrían hecho sin un vínculo sólido y en diálogo con gentes venidas de fuera, y con los dirigentes nacidos en esas comunidades. Pero eso no nos debería hacer olvidar que fueron esos hombres y esas mujeres, y esos niños y esas niñas, las que eligieron erigir vínculos con esos hombres y esas mujeres, y, sobre todo, tejer con ellos esas hebras de mundo nuevo que sentimos latir en Chiapas y, cada vez, en otras partes de México y de nuestra América.

No menciono al zapatismo por una cuestión de autoridad. Cada movimiento construye, como puede y a su modo, los fragmentos de ese gigantesco mosaico que poco a poco van armando los pueblos del mundo, amasado con la arcilla del dolor, la sangre y la rebeldía. Los menciono, porque las realidades que conozco en América Latina, me permiten afirmar que la experiencia zapatista representa la más completa ruptura con las viejas formas de hacer política, y porque han sido capaces de crear una porción sustancial del mundo nuevo. Y, aunque no se trata de imitarlos, existe entre los más diversos movimientos la certeza de que hay un antes y un después del 1 de enero de 1994, de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y de la Otra Campaña.

En los últimos años he intentado fijar la atención en las periferias urbanas, espacios donde se han registrado algunos de los más notables movimientos de los últimos años, pero en las cuales el trabajo de base autónomo tiene enormes dificultades para echar raíces y extenderse en el tiempo. Aunque las experiencias rurales, como la del movimiento sin tierra, los movimientos indígenas y algunos movimientos campesinos, siguen siendo referentes ineludibles, coincido con Mike Davis en que las periferias urbanas son, cada vez más, el escenario estratégico para torcer el rumbo a favor de los de abajo. La insurrección aymara de El Alto, los levantamientos populares en las más diversas ciudades del continente y la comuna de Oaxaca, parecen confirmar que existe un potencial de lucha que recién estamos comenzando a descifrar. A comprender esas potencias está dedicado buena parte de este trabajo.

Sin embargo, no es posible soslayar por más tiempo que hoy los movimientos, y de modo muy particular los urbanos, están siendo acosados por un nuevo enemigo, más difícil de enfrentar porque ha surgido, en no pocas ocasiones, en el seno mismo de esos movimientos, o en sus áreas más cercanas. Quienes vivimos en el Cono Sur de Sudamérica, podemos dar fe del enorme daño que estos gobiernos autodenominados progresistas y de izquierda, están haciendo a la lucha por la emancipación. Soy conciente que en México, es este un debate que divide aguas y genera hondas diferencias, a menudo insalvables. Pero sé también que no es escondiendo las diferencias como podremos avanzar.

Lo nuevo no está ya preparado para ser aplicado, sin más, por los gobiernos progresistas. No existe un diseño previo, como lo fueron las políticas focalizadas para combatir la pobreza del primer período neoliberal. El personal político que hoy está al frente de los ministerios sociales, participó en los años 90 en gobiernos municipales y provinciales donde ensayó formas de “participación” que pretendían atraer a los movimientos a la gestión estatal. El Presupuesto Participativo de Porto Alegre, fue un referente para múltiples experiencias en la misma dirección, que pretendieron una reforma del estado en base a la “descentralización con participación”. Desde el punto de vista de los sectores populares organizados, estas experiencias no fueron felices, ya que propiciaron la desarticulación de toda una camada de organizaciones sociales.

Ese personal, proveniente de los partidos de izquierda o de otros partidos del sistema, es el encargado de transitar de las viejas políticas participativas, a los diversos planes estatales para combatir la pobreza que son una de las claves de bóveda de las nuevas formas de gobernar…y de dominar. Ya no estamos ante los estados benefactores o ante los estados neoliberales prescindentes, sino ante algo inédito, que sobre la base de la fragilidad heredada del modelo neoliberal busca desarrollar nuevas artes para dotar a esos estados decrépitos de mayor legitimidad y asegurar así su supervivencia siempre amenzada. El 25% de la población de Brasil, casi 50 millones de personas, son beneficiarias del plan Hambre Cero. En Argentina y Uruguay el 15% de los hogares reciben ayudas estatales, complementadas por planes que apoyan las formas de sobrevivencia nacidas en la pobreza. No puede hablarse, por tanto, de las clásicas políticas focalizadas sino de algo diferente y nuevo.

La expansión de los planes sociales se produce en el mismo momento en que se registra un crecimiento exponencial de la represión. En el Brasil de Lula, se baten récords de muertos en la favelas, mientras el “gatillo fácil” no dejó de crecer en el quinquenio progresista de Néstor Kichner. El banco de pruebas es Haití, donde los ejércitos de Brasil, Argentina, Uruguay y Chile, ensayan formas de intervención militar y social en las barriadas pobres que lugo ponen en práctica en las favelas, como lo acaba de reconocer un militar brasileño de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití.

De una forma dura o blanda, el estado está llegando a territorios donde estaba ausente, y lo está haciendo de modo capilar, permeando los territorios de la pobreza con mucha mayor eficiencia que los caudillos clientelares del período neoliberal. Esos caudillos actuaban de modo vertical y autoritario, y por lo tanto siempre podían ser desbordados y, más aún, estaban destinados a ser desbordados. En el trabajo sobre el terreno, el papel más destacado lo juegan nuevos actores estatales: los trabajadores sociales de las ONGs (en buena medida mujeres jóvenes con formación universitaria), que se mueven en los mismos espacios que los militantes y practican los modos de la educación popular. En los hechos, se está produciendo una enorme confusión entre la militancia tradicional y los funcionarios estatales. Ambos hablan lenguajes similares, se mueven en los mismos espacios y cultivan códigos idénticos, porque en realidad una parte sustancial del funcionariado de las ONGs y de los ministerios sociales que las contratan, proviene de la militancia social de los 90 o de sus aledaños.

Están naciendo nuevas formas de dominación, enmascaradas bajo un discurso progresista y hasta de izquierda. Siento que es necesario mostrarlas, exponerlas a la luz para contribuir a neutralizarlas y, sobre todo, para evitar que consigan su objetivo mayor: la demolición de los movimientos sociales desde dentro, de un modo mucho más sutil que el represivo pero, por lo mismo, más profundo y duradero. Los planes sociales y la cooperación al desarrollo deberían, en adelante, ser considerados como parte del arsenal antisubversivo de los estados. Las formas biopolíticas de dominación están siendo implementadas por las izquierdas, introduciendo grados de confusión inéditos, que hacen pasar formas brutales de dominación como ayudas a los pobres. Que sean las izquierdas las encargadas de hacerlo, no debería sorprender: el panóptico fue una creación de la Revolución Francesa, para enfrentar los desafíos que planteaba la caída del viejo régimen.


Raúl Zibechi
Montevideo, julio de 2008