México es una nación constituida a partir de la cultura y territorios de sus pueblos originarios. El esplendor de diferentes pueblos a lo largo de cientos de años, habla de una matriz cultural que en forma cíclica se desarrolló desde tiempos muy remotos.
Así, los actuales pueblos indígenas conservan la herencia de culturas que mundialmente son reconocidas por sus adelantos científicos, políticos, sociales y culturales que los distinguen como una de las grandes matrices culturales de todo el mundo. Pese a que se habla de casi un centenar de pueblos distintos, con sus particulares idiomas, tradiciones, usos y costumbres, todos responden a principios comunes fundamentales.
La Historia de los pueblos indígenas antes de la guerra de conquista e invasión española, está aún por escribirse. Pese a que existen muchos documentos, análisis y estudios, desde el siglo XVI hasta nuestras fechas, la inmensa mayoría pasan por el tamiz de los ojos de los cronistas conquistadores o de los investigadores que parten de los principios de la cultura occidental para explicar cuáles debieron ser la motivaciones, aspiraciones y circunstancias por las que vivieron pueblos enteros, que los llevaron a construir ciudades monumentales, para después abandonarlas, o para realizar complicadas ceremonias y enterrar literalmente sus conocimientos.
Durante la guerra de invasión y conquista, los españoles desarrollaron una estrategia de aislamiento, persecución y sometimiento de todos los pueblos que encontraban. Inclusive, al recibir noticias de la existencia de algún pueblo, emprendían campañas militares "de pacificación" para reclamar para sí territorios, riquezas, mujeres y hombres. Aún en la actualidad no es posible saber con precisión cuantos fueron los pueblos que desaparecieron completamente ante el arrasamiento total de las desequilibradas fuerzas del imperialismo español.
Los pueblos sobrevivientes fueron sometidos a olvidar y renegar de su propia cultura, bajo pena de tortura y muerte. Los principales argumentos de los conquistadores para asesinar a los sabios indígenas, fueron la supuesta idolatría, sodomía, brujería, hechicería y herejía, que profesaban los millones de indígenas que se tiene noticia habitaban las tierras de lo que ahora es México.
Durante la Colonia (de los siglos XVI al XIX) se tienen documentadas numerosos levantamientos indígenas, en contra de la esclavitud y la situación de explotación extrema del sistema de encomiendas de la Nueva España.
La revolución de Independencia (de 1810 a 1821) fue protagonizada también en muchas de sus batallas principales por cuerpos armados de los más distintos pueblos indígenas.
Ya en la época independiente son famosas las batallas que ejércitos indígenas libraron durante las continuas y encarnizadas guerras entre centralistas y republicanos. En esos años también se libraron guerras contra ejércitos invasores, resultado de las cuales, México perdió dos terceras partes de su territorio ante el expansionismo militar de Estados Unidos. En los territorios perdidos por México, quedaron decenas de pueblos indígenas, que serían perseguidos en las contiendas de colonización de la entonces Costa Oeste de Estados Unidos, para finalmente ser confinados a reservaciones. La aristocracia mexicana siempre ha visto en el extranjero su objetivo y salvación, de ahí que invitara a un príncipe austríaco a gobernar México, pero en la guerra contra la intervención francesa al rededor de 1860, el ejército mexicano, compuesto principalmente por indígenas zacapoaxtlas derrotó el 5 de mayo de 1862 al ejército imperial de Napoleón y con ello terminó el imperio de Maximiliano de Ausburgo en México.
Una vez restaurada la república, siendo su presidente el lic. Benito Juárez, indígena zapoteco de Oaxaca, se emprende la reconstrucción del país con base en un programa liberal, que al paso de la historia resultaría perjudicial para los pueblos indígenas: en aras de reactivar la economía, desamortiza los bienes de la iglesia y promueve la desaparición de la tenencia colectiva de la tierra por parte de los pueblos indígenas. Su proyecto era privatizar la tierra para que así pudiera comercializarse libremente.
Posteriormente, uno de los principales jefes militares de Juárez, el también indígena oaxaqueño Porfirio Díaz, se convertiría en dictador por más de 30 años, hasta el estallamiento de la Revolución Mexicana en 1910. En su gobierno, Díaz también se hizo rodear de intelectuales extranjerizantes, llamados entonces "los científicos", que impulsaron una política de modernización, basada en el impulso de las haciendas y la industria en manos de los poderosos. Díaz también impulsó el desarrollo del ferrocarril como un medio de activar la economía, pero también como una herramienta militar para detener los brotes de inconformidad que surgían en distintos puntos del país.
Para finales de la primera década del siglo XX, la situación política y social era ya insoportable. Un grupo de intelectuales de la pequeña burguesía encabezados por Francisco I. Madero disputaría la presidencia de la República en elecciones fraudulentas, sería hecho prisionero, y finalmente llamaría a la sublevación en el Plan de San Luis. Porfirio Díaz, al ver el crecimiento desproporcionado de un movimiento de masas en su contra, donde precisamente los ferrocarriles jugaron un papel fundamental a favor de las fuerzas revolucionarias, pacta con la pequeño burguesía su caída y sale del país desterrado en 1911.
Madero al frente del gobierno da muestras de no querer cumplir sus compromisos con las fuerzas campesinas que lo apoyaron. Ante lo cual, el Ejército Libertador del Sur, encabezado por Emiliano Zapata, proclama su Plan de Ayala, que retoma los principios del Plan de San Luis con el lema magonista de "Tierra y Libertad", y reafirma las principales demandas de los pueblos indígenas y campesinos de México: la restitución de las tierras comunales.
Madero cae asesinado a manos de sus propios correligionarios en 1914 en una asonada conocida como la "Decena Trágica", usurpando el poder Victoriano Huerta, uno de los principales enemigos de Zapata y su ejército de indígenas campesinos. En el norte del país surge con fuerza la resistencia en contra del usurpador, creándose el Ejército Constitucionalista encabezado por Venustiano Carranza, ex gobernador de Chihuahua y hacendado en tiempos de Porfirio Díaz. Entre los cuerpos del Ejército Constitucionalista destacan el Ejército del Noroeste, encabezado por Álvaro Obregón, y en la región del Golfo Pablo González, pero principalmente la llamada "División del Norte" comandada por Francisco Villa, que nunca fue reconocida como un verdadero ejército, aunque fuera más poderoso que los anteriores, debido principalmente a estar compuesta y dirigida por campesinos con demandas y consignas de clase que antagonizaron siempre con la dirección pequeño burguesa de Carranza y Obregón.
A la caída del usurpador Victoriano Huerta, Carranza se proclama primer jefe de la Revolución y asume la presidencia. Los ejércitos de Zapata y Villa no están de acuerdo y convocan a la realización de la "Convención de Aguascalientes", donde debería perfilarse el futuro de la nación. Carranza pierde fuerza y sale rumbo a Veracruz, recién desocupada por el ejército invasor de Estados Unidos que siempre jugó un papel importante en el curso de la Revolución. Zapatista y villistas toman la Ciudad de México y encargan el gobierno al presidente surgido de la Convención, Eulalio González, quien no dejaría nunca su visión también pequeño burguesa y meses después huiría a integrarse a las fuerzas carrancistas.
Así, la fuerza indígena y campesina de la revolución mexicana fue vencida por su propia incapacidad de formular un programa sólido y consolidar el poder real de la República, más que por las traiciones y asesinatos de los que serían víctimas en los años siguientes.
Durante el período revolucionario surgieron también rebeliones indígenas, destacando la Guerra Yaqui, en estado de Sonora, de la cual salieron finalmente victoriosos y con el acuerdo de ser respetados en su territorio.
Ya en la época posrevolucionaria se ha documentado que en muchas regiones del país continuaron los abusos y explotación de indígenas y campesinos.
En Yucatán se desató la llamada Guerra de Castas, que encubrió una forma de mantener el poder por parte de los antiguos hacendados ante el surgimiento de fuerzas socialistas.
A nivel nacional, además de las rebeliones por la lucha del poder entre los generales de la revolución, se desarrolló la Guerra de los Cristeros, que finalmente fue derrotada en sus aspiraciones de restituir a la iglesia los poderes que había perdido con Juárez.
Ante la postergación de soluciones para los pueblos indígenas, el gobierno crea en 1940 el Instituto Nacional Indigenista (INI), cuyo primer centro coordinador se establecería en Chiapas, como una forma de atender y canalizar las demandas indígenas. A más de cincuenta años de su creación, el INI ha comprobado su incapacidad para resolver la extrema miseria, el olvido y el rezago económico y social que padecen millones de mexicanos en todo el país.
En pleno auge de la etapa modernizadora de los gobiernos del partido de la revolución institucionalizada (PRI) de los años 50 y 60 surgieron movimientos sociales, algunos con base indígena y campesina, como lo fueron el movimiento jaramillista, heredero de la lucha de Zapata en el estado de Morelos, lográndose llegar a acuerdos, para que finalmente su máximo dirigente, Rubén Jaramillo, fuera traicionado y asesinado junto con toda su familia.
Para los años 70, una vez comprobada la vocación represiva e intolerante de los gobiernos de Díaz Ordaz y Echeverría en sus represiones del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1970, surge una nueva etapa en la guerra de guerrillas, que tendría uno de sus focos principales en la Sierra de Guerrero, y en las figuras de los maestros rurales Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, quienes comandan guerrillas campesinas, extremadamente politizadas en la lucha de clases y la revolución social, quienes finalmente son derrotados y asesinados.
En 1974 se realiza en Chiapas el Congreso Indígena que reunió a representantes de todos los pueblos indígenas del estado y a muchos representantes del país. En él se bosquejaron lo que serían las principales directrices para resolver algunos de los principales problemas indígenas, pero poco pudo desarrollarse.
El gobierno de Echeverría, también instituyó los llamados Consejos Supremos, en muchas regiones indígenas del país, como una forma de mediatizar los alcances del renaciente Movimiento Indígena Nacional.
En plena crisis económica, los gobiernos de López Portillo y Miguel de la Madrid poco pudieron hacer para impedir el constante empobrecimiento en todos los órdenes de la vida indígena, más que dotar al INI de mayores recursos asistencialistas, y la creación de radiodifusoras indigenistas que han servido a los gobiernos como un termómetro de la situación que se vive en las comunidades y pueblos indígenas.
El presidente Carlos Salinas, producto de las elecciones más cuestionadas en la historia reciente, instauró una nueva forma de gobernar con su programa Solidaridad, haciendo uso de la tradición indígena del trabajo comunitario, la faena, el tequio, la mano-vuelta, la gozona, para promover una imagen de fortaleza y mejoría social. A finales de la década de los años 80 y principios de los años 90 comenzaron los preparativos de reuniones a nivel nacional e internacional sobre el significado del 5º Centenario del viaje de Colón. Se organizó la Campaña Continental 500 Años de Resistencia, y en México el Consejo Mexicano 500 Años de Resistencia Indígena, Negra y Popular, acercó a muchas organizaciones indígenas, campesinas, obreras, populares, sindicatos, académicos y estudiantes entre muchos otros, en torno al rechazo a la cultura del miedo y del engaño del neoliberalismo.
En marzo de 1992 se realiza la primera gran marcha indígena que atravesó el país desde Palenque, Chiapas hasta la Ciudad de México, con las consignas sociales de defensa de los derechos humanos, cese a la represión y respeto a las autoridades propias. Para octubre de 1992 decenas de miles de indígenas toman las principales ciudades del país, manifestándose pacíficamente exigiendo que sus demandas sean atendidas. En San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y en Morelia, Michoacán son derribadas las efigies de los conquistadores, mientras que en la Ciudad de México, por enésima vez, fallan en su intento de derribar a Cristóbal Colón. La Ciudad de México es el destino de dos grandes marchas de más de 10 días de duración procedentes de Guerreo y Oaxacaa principalmente.
Salinas accede a atender los reclamos a través del INI, y la Secretaría de Desarrollo Social, y firma días después un expediente de más de 500 páginas, que meses después no encontraría solución alguna. Las reuniones de seguimiento de los acuerdos fueron diluyendo hasta el hastío las demandas indígenas, llegando a su disolución total en marzo de 1993. Diversas organizaciones indígenas emprenden nuevamente la movilización, entre ellas el Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia Indígena, que realizaría varias marchas a la capital del país, en demanda de la cancelación definitiva de un proyecto hidroeléctrico en San Juan Tetelcingo que afectaría a toda la comunidad, entre otras muchas demandas. Se realizan también congresos regionales, y encuentros internacionales para evaluar la situación de los indígenas de todo el continente, entre ellos el de la Coordinadora de Naciones Indígenas del Continente (CONIC) en octubre de 1993, en Temoaya, Estado de México, sin que se sospechara de los actuales alcances de la lucha indígena por una vida armoniosa entre todos los seres y entre todos los hombres.
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· Las cuatro vertientes: Indigenismo, culturalismo, milenarismo, indianismo
Desde su concepción, la cuestión indígena en México ha sido abordada en la época reciente desde cuatro ópticas diferentes:
1. El indigenismo, impulsado por el Estado y sus instituciones.
2. El culturalismo, impulsado tanto por instituciones públicas y privadas, como por un sector de la población.
3. El milenarismo, impulsado por grupos de la sociedad mestiza y algunos grupos indígenas.
4. El indianismo, impulsado por comunidades indígenas y sus organizaciones.
1. El indigenismo estatal mexicano fue instaurado en la década de los años 40 con la creación por decreto presidencial del Instituto Nacional Indigenista (INI), el cual estaría encargado de atender las demandas sociales de los pueblos indígenas. Integrado por políticos de carrera en sus cuerpos directivos, y por antropólogos, sociólogos, etnólogos, historiadores, lingüistas, abogados fundamentalmente mestizos, en su cuerpo de empleados, el INI ha impulsado una tendencia funcionalista para la acción indigenista, que radica en concebir la acción del Estado hacia los pueblos indígenas como el que provee de las condiciones necesarias para aliviar algunas de sus carencias y desahogar las presiones sociales de la miseria, insalubridad, falta de capacitación par el empleo, etc.
El indigenismo ha pretendido la integración de los pueblos indígenas al proyecto de nación que han tenido los gobiernos del partido en el poder desde 1928. Esto significa que deberían adquirir los principios y las formas de la llamada "sociedad nacional", para asimilarse en la concepción de "lo mexicano" como un todo más o menos homogéneo, partiendo de la idea de "igualdad" entre todos los mexicanos.
El indigenismo cultivó una estrategia paternalista hacia los pueblos indígenas, arrogándose el gobierno la autoridad para decidir por ellos los programas y proyectos de desarrollo que han imperado en México durante décadas.
El indigenismo también ha contribuido a fortalecer una política marginalista hacia los pueblos indígenas al considerarlos incapaces por si solos de alcanzar los mínimos de bienestar. Se dice que esta situación ha sido producto de una efectiva exclusión y explotación desde los tiempos de la Conquista que, al paso del tiempo, se ha traducido en su propia denigración y declive. El gobierno entonces debe proporcionarles servicios asistenciales, que no atacan la raíz del problema.
El indigenismo ha implementado la tarea histórica de eliminar al indio de la vida nacional, ya sea como individuo, grupo o pueblo. Se argumenta que tener la condición de indio impide alcanzar los beneficios de la vida moderna, por lo que el indio debe asimilarse a la idea de "lo mexicano" para dejar el atraso característico de las regiones indígenas.
En su política indigenista, el gobierno también ha impulsado la idea del progreso, entendida como el aumento de la producción y de los ingresos por actividades comerciales o laborales. Se dice que los pueblos indígenas deben unirse al carro de la producción para lograr el desarrollo del país y el suyo propio, mediante su incorporación la competencia del libre mercado, tanto del mercado de trabajo, como del mercado de consumo.
2. El culturalismo desarrollado desde algunas instituciones públicas y privadas considera que los indígenas deben conservar y desarrollar su propia cultura, dentro del marco de la vida nacional.
Una vertiente historicista, sostiene que los pueblos indígenas deben reconstruir su pasado para que con base en él resuelvan sus problemas, con apego a sus tradiciones, sin importar el desarrollo capitalista del país.
Otra vertiente etnicista, sostiene que los pueblos indígenas, en tanto poseedores de idiomas y culturas propias, deben desarrollarse con independencia de la cultura nacional, organizando su vida política, social, cultural y económica de acuerdo con sus propios recursos.
Finalmente, una tendencia a tratar a los pueblos indígenas como minorías nacionales sostiene que los pueblos deben desarrollarse autónomamente, con sus propios órganos de gobierno y de poder, integrando un país multinacional.
3. El milenarismo es una expresión de grupos organizados que han visto en demandas culturales una forma de lucha por demandas históricas. Pese a que no representan una fuerza importante dentro del Movimiento Nacional Indígena, han sido por mucho tiempo la cara visible ante la sociedad mestiza. Argumentan que debe partirse de la restitución y restauración, tanto de los territorios antiguos como de las formas de gobierno y estructuración social, antes de la Colonia. Más que un programa de lucha, estos grupos están orientados hacia reivindicaciones de carácter cultural que no resuelven por un lado las críticas condiciones de vida de las comunidades, y por otro lado no plantean qué hacer en una sociedad extremadamente diversa como la mexicana.
4. Indianismo podría llamarse a la fuerza organizativa y plural de organizaciones sociales indígenas, que buscan resolver los seculares problemas de tenencia de la tierra y obtener el reconocimiento legal, institucional y social a los derechos colectivos de los pueblos indígenas, como son la libre determinación, la autonomía indígena, los sistemas normativos propios, la formas de gobierno y de estructura social, la planeación y aplicación de recursos públicos, etc., todo ello a partir de investigación y acción autogestionaria.
En las formas específicas de aplicación de los principios de esta vertiente del Movimiento Indígena Nacional, destacan las corrientes regionalista y comunalista La corriente comunalista ve en los principios de la comunalidad la base y germen de la autogestión indígena y encamina sus esfuerzos al reconocimiento de las comunidades indígenas como sujetos de derecho público para que a partir de experiencias concretas se puedan construir paulatinamente nuevas estructuras y formas de gobierno propias y relaciones más armoniosas con el Estado nacional y la sociedad mexicana. Los regionalistas aseguran que el paso de la comunidad ya está dado y ahora lo más importante es lograr espacios territoriales definidos, que comprendan a uno o varios pueblos indígenas (regiones pluriétnicas) y que puedan en conjunto enfrentar exitosamente los embates del neoliberalismo.
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· Momento actual (1994 a la fecha)
El levantamiento armado del EZLN los primeros minutos de enero de 1994 y la promulgación de su Primera Declaración de la Selva Lacandona, significaron un hito en la historia reciente de México, particularmente para los pueblos indígenas. En sus comunicados, el EZLN declaraba la guerra al "usurpador" presidente Salinas y a su Ejército Federal y anunciaba su avance hacia la capital del país. Exigía la formación de un gobierno de transición que atendiera las demandas más apremianetes de la población y convocara a elecciones de un Congreso Constitutyente. Después de enfrentamientos militares durante 12 días, y una fuerte campaña propagandística, fue reconocida la amplia participación indígena en el alzamiento armado. A finales de enero de 1994 la mayoría de las organizaciones campesinas e indígenas de Chiapas son convocadas para la creación del Consejo Estatal de Organizaciones Indígenas y Campesinas de Chiapas (CEOIC). Desde sus primeras reuniones aglutinó tanto a organizaciones coptadas por el partido oficial y su Confederación Nacional Campesina (CNC) como a organizaciones independientes y otras ligadas a partidos de oposición. El impresionante empuje de las bases indígenas y campesinas de las primeras reuniones del CEOIC sería rápidamente mediatizaado y finalmente quedaría dividio y fragmentado por las disímiles fuerzas que lo componían. A mediados de 1994 ya existía un CEOIC oficial y uno independiente, cada uno realizando acciones para mantener el control sobre sus representados. Para febrero de 1994, ya instalado el llamado Diálogo de la Catedral de la Paz, en San Cristóbal de las Casas, entre el EZLN y el comisionado Manuel Camacho, nombrado directamente por Salinas, se realizaron numerosas reuniones y asambleas de las organizaciones y pueblos indígenas. Estas fueron las primeras que se manifestaron en favor de la lucha zapatista. Luego de más de una semana de negociaciones, los zapatistas llevaron a consutla de sus comunidades 34 propuestas del comisionado, que contenían sobre todo asistencia social a las comunidades más atrasadas. Enrarecido el clima político nacional por el asesinato del candidato oficial a la presidencia de la República, y desatada la turbulencia en torno a la sucesión presidencial, en junio de 1994 el EZLN rechaza los 34 ofrecimientos del comisionado de paz. Se rompe así el diálogo y negociación con el gobierno federal y el EZLN emite su Segunda Declaración de la Selva Lacandona, donde llama a formar un gran movimiento social en México que termine de una vez por todas con el régimen del partido de Estado. En agosto de 1994 se realiza la apoteósica Convención Nacional Democrática (CND), en el paraje denominado "Aguascalientes", una construcción monumental de troncos, láminas y tablas en una ladera del ejido Guadalupe Tepeyac, en la Selva Lacandona. Entre los más de 8 mil convencionistas se encontraban intelectuales, políticos, sindicalistas, artistas y dirigentes de organizaciones sociales principalmente de oposición, y entre los que se contó un nutrido grupo de representantes de comunidades y pueblos indígenas del Estado de México, DF, Morelos, Jalisco, Nayarit, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Yucatán, y Chiapas. Se integra una presidencia colectiva de más de 100 personas y se acuerda convocar a reuniones por sector y por región para construir el programa de lucha de la CND. Una vez pasadas las elecciones federales y reconocido el enésimo triunfo oficialista del partido gobernante, en octubre de 1994 el EZLN manda un mensaje a la sociedad civil, para que esté preparada ante la inminente continuidad que representa Zedillo, el presidente electo. Para noviembre de 1994 se realiza una ya debilitada 2a. sesión de la Convención Nacional Democrática, donde afloran las divergencias y la incapacidad de sus dirigentes para dotar de una conducción clara al movimiento social emergente. En Chiapas, también es derrotado el candidato de oposición a la gubernatura, frente a su rival del partido oficial. Siguiendo sus tiempos, decenas de organizaciones indígenas del país convican a la realización de la primera sesión de la Convención Nacional Indígena en diciembre de 1994, en la ciudad de Tlapa, en la Montaña de Guerrero. Se acuerda allí apoyar en todo las demandas de los insurgentes zapatistas y se analizan las diferentes formas en que el movimiento indígena puede trabajar para fortalecer su lucha. En diciembre mismo se da el avance militar el EZLN en 34 municipios de Chiapas, acompañada de una de las peores crisis económicas del país por la torpeza del nuevo gobierno. Ya en febrero de 1995 se realiza una 2a. sesión de la Convención Nacional Indígena en Juchitán, Oaxaca, donde es recibida una caravana con rumbo a la Cd. de México, y encabezada por el candidato a gobernador opositor, recién derrotado. En abril de 1995, y convocada por organizaciones indígenas que cuentan con el apoyo de diputados de oposición, se realiza en uno de los salones del Congreso de la Unión la 1a. Asamblea de Nacional Indígena Plural por la Autonomía (ANIPA), donde se presentan a discusión propuestas de inciativas de ley para la reforma constitucional que reconozca la autonomía indígena, la creación de un 4o. nivel de gobierno, y la creación de una sexta circunscripción electoral, como una forma de garantizar la representación política indígena en los congresos locales y federales y un territorio donde ejercer su propio gobiernos y sistemas sociales. La 2a. Asamblea de ANIPA, se realiza en junio de 1995 en territorio Yaqui, en Lomas de Bacum, Sonora. Agosto de 1995, 3a. Asamblea de ANIPA, Oaxaca, Oax. Diciembre de 1995. 4a. Asamblea de mujeres de ANIPA. San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Marzo de 1995. 5a. ANIPA. Chilapa, Guerrero. Nuevo proceso de diálogo y negociación del EZLN y el gobierno federal: Diciembre de 1994. Ruptura del cerco militar por parte del EZLN. 34 municipios de Chiapas con presencia zapatista. Enero de 1995. Tercera Declaración de la Selva Lacandona. Primeros contactos con el gobierno de Zedillo. Febrero de 1995. Ofensiva militar de Zedillo. Ejército y policía judicial eliminan las "zonas grises". Ley para el Diálogo y la Reconciliación. Creación de la Comisión de Concordia y Pacificación y reconocimiento de la Comisión Nacional de Intermediación. Abril de 1995. Acuerdo de San Miguel. Mayo de 1995. Inicio del Diálogo de San Andrés. Septiembre de 1995. Acuerdo sobre las "reglas de Procedimiento" Octubre de 1995. Instalación de la Mesa de Trabajo 1 "Derechos y Cultura Indígena" Noviembre de 1995. Segunda Fase de la Mesa 1. Diciembre de 1995. Foros regionales preparativos del FNI Enero de 1996. FNI Enero de 1996. Tercera fase de la Mesa 1. Febrero de 1996. Firma de los Acuerdos de San Andrés sobre Derechos y Cultura Indígenas. Marzo de 1996. Instalación de la Mesa 2 "Democracia y Justicia" Abril de 1996. Asamblea del FNI. Oventic, Chiapas. Abril de 1996. Segunda Fase de la Mesa 2. Mayo. de 1996. Crisis de los presuntos zapatistas presos por "terrorismo". Junio de 1996. Solución de la crisis. Libertad de Elorriaga y Entzin. Junio de 1996. Foro Especial para la Reforma del Estado Julio de 1996. 2a. sesión del FNI. Julio-Agosto de 1996. 1er. Encuentro Intercontinental por la Humanidad y en contra del Neoliberalismo. Agosto de 1996. Tercera fase de la Mesa 2. Septiembre de 1996. Suspensión del Diálogo. Octubre de 1996. Instalación de las Mesas tripartitas EZLN-Cocopa-Conai, para resolver la suspensión del diálogo. Octubre de 1996. CNI, Cd. de México. Noviembre de 1996. Instalación de la Coseve. Noviembre de 1996. Asamblea del CNI. Milpa Alta, DF. Noviembre de 1996. COCOPA presenta su propuesta de iniciativa de reformas constitucionales. Diciembre de 1996. El EZLN acepta la propuesta de COCOPA. Zedillo pide 15 días para hacer consultas. Diciembre de 1996. Zedillo presenta su contrapropuesta de reformas. Enero de 1997. El EZLN rechaza la contrapropuesta del gobierno y hace públicas todas las propuestas. Febrero de 1997. La COCOPA promete hacer un pronunciamiento público, y reactivar el proceso de diálogo y negociación. CNI.- Octubre de 1995. Instalación de la Mesa de Trabajo 1 "Derechos y Cultura Indígena" Noviembre de 1995. Segunda Fase de la Mesa 1. Diciembre de 1995. Foros regionales preparativos del FNI Enero de 1996. FNI Enero de 1996. Tercera fase de la Mesa 1. Febrero de 1996. Firma de los Acuerdos de San Andrés sobre Derechos y Cultura Indígenas. Abril de 1996. Asamblea del FNI. Oventic, Chiapas. Julio de 1996. 2a. sesión del FNI. Octubre de 1996. CNI, Cd. de México. Noviembre de 1996. Instalación de la Coseve. Noviembre de 1996. Asamblea del CNI. Milpa Alta, DF. Noviembre de 1996. COCOPA presenta su propuesta de iniciativa de reformas constitucionales. Diciembre de 1996. El EZLN acepta la propuesta de COCOPA. Zedillo pide 15 días para hacer consultas. Diciembre de 1996. Zedillo presenta su contrapropuesta de reformas. Enero de 1997. El EZLN rechaza la contrapropuesta del gobierno y hace públicas todas las propuestas. Enero de 1997. La Comisión de Seguimiento del CNI acuerda reunirse mensualmente para evaluar y tomar medidas. Febrero de 1997. La COCOPA promete hacer un pronunciamiento público, y reactivar el proceso de diálogo y negociación.